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- ¡Déjame ir! ¡Por favor! ¡Déjame ir! – grito golpeando la puerta - ¡Juro no decir nada, pero déjame ir! – vuelvo a gritar, pero no me contesta.
Desde hace un par de horas que me encerró en una habitación y no ha vuelto a aparecer.
Enterarme de que mi profesor, del cual tenia una especie de enamoramiento hacia él, fue quien mato a todos hace que me de náuseas y mas al pensar que deje que me besara.
No se que es lo que pasara ahora, no se si me torturara o me matara como lo hizo con mis amigos y mi novio. No quiero morir, aún estoy muy joven para morir, hay cosas que quiero lograr en mi vida como ser una patinadora profesional y tener al menos dos hijos.
No quiero morir, pero viendo la situación en la que estoy creo que eso será muy difícil. Tengo que encontrar la forma de salir de aquí para ir con la policía para decirles todo, aunque, ¿Qué pruebas tengo? Solo esta la maldita mascara que obviamente él tiene.
Mis padres...obviamente si no saben nada de mi darán aviso a las autoridades y empezarán con mi búsqueda y los del hospital dirán que estoy viva y que me vieron con mi profesor...lo buscarán y darán conmigo.
O eso espero.
Me pego todo lo que puedo a la pared abrazando mis piernas cuando la puerta se abre y por esta cruza mi profesor. Tiene unos pantalones de mezclilla negros un poco rasgados, el torso lo tiene desnudo y tiene puesta su mascara, el cabello lo tiene atado arriba de su cabeza dejando unos mechones de cabello rubio suelto.
-Por favor déjame salir – le digo sin moverme de mi posición – Te prometo que no diré nada – veo como sale unos segundos de la habitación y después entra con un carrito un poco grande con varios platos de comida.
Vuelve a salir y cuando entra lo hace con dos sillas de piel de color rojo. Acomoda todo delante de la ventana, que desgraciadamente tiene barrotes y esta sellada ya que no la pude abrir por mas que lo intenté.
-Siéntate – dice con un tono de voz completamente frio, uno con el que nunca lo había escuchado.
- ¡No! – le grito poniéndome de pie - ¡Quiero que me sueltes! – me acercó y golpeo su pecho - ¡Déjame ir maldito enfermo de mierda! – digo y estampo mi mano en su mejilla volteándole la cara y a mi me deja ardiendo la mano por el material de su mascara.
En un rápido movimiento me toma de la nuca y me da la vuelta estampándome contra la pared haciendo que golpe mi frente cuando no alcanzo a sostenerme con las manos.
-Escúchame bien – dice pegando su pecho a mi espalda y sosteniendo mis manos detrás de mi – Metete bien en la cabeza que de aquí nunca vas a salir – dice con su boca pegada a mi oído – Me costo demasiado deshacerme de todos ellos como para dejarte ir – pone su mano en mi cuello ejerciendo un poco de presión y cortándome el aire – Vas a ser una buena niña y vas a hacer lo que te diga, ¿Entendido? – dice, pero no le contesto - ¿Quedo claro? – aprieta mas mi cuello – Si no ya sabes lo que te pasara.
