- ¿Es enserio? – pregunto enojada.
En cuanto llegamos a mi edificio Rodrigo me cargo sobre su hombro como si fuera un costal de papas sin hacer un mínimo esfuerzo. En todo el camino la única vista que tenia era la de su trasero y si dijera que eso me molestaba... pues no, pero si sentía un poco de vergüenza que mi trasero estaba a unos centímetros de su cara...aunque eso tampoco me molestaba.
Al entrar a mi departamento fue directo a mi habitación y de me dejo de pie se lanzó sobre mis labios y yo le correspondí, admito que aún seguía enojada con el por no decirme que Ilenko lo había mandado.
Sentía el calor de sus manos traspasar mi ropa cuando me tocaba y yo no quería quedarme atrás, con un poco de vergüenza cole mis manos debajo de su camisa y poder sentir esos músculos que quería sentir desde la vez que lo mire entrenando. Con mis manos temblorosas desabroche los botones de su camisa y se la quite para aventarla a algún lugar de mi habitación.
El me recostó sobre la cama y beso mis labios, mejillas, mandíbula y cuello. Sentía que las manos me ardían por querer tocarlo, sus besos bajaron a mi abdomen y me desabrocho mi blusa dejando mis pechos libres, ya que Ilenko me había quitado las tiras de tenia en lugar de sostén.
Rodrigo estaba en medio de mis piernas y me miro con una sonrisa antes de desabrochar mis pantalones y quitármelos. Dejo besos encima de mi ropa interior y fue bajando para besar mis muslos y piernas, cerré los ojos por la fascinación que estaba sintiendo.
Sentí sus manos acariciar mis tobillos y cuando abrí los ojos mire que Rodrigo me había puesto una barra espaciadora para tener mis piernas abiertas y no poder cerrarlas.
Y aquí es en donde vuelvo a decir:
- ¡¿Es enserio?! – le volví a gritar.
-Si – dijo con una sonrisa enseñándome sus perfectos dientes – Y si no te callas te tendré que meter algo a esa boquita bonita que tienes – me dijo apretando mis mejillas antes de darme un beso.
Cuando se separo mire que saco una bolsa debajo de mi cama y yo lo mire sorprendida.
- ¿Cuándo metiste eso? – le pregunte con los ojos abiertos.
-Esto lo hizo el jefe – de la bolsa saco unas cuerdas, un floger, unas pinzas para los pezones, una mordaza con una bola y no se cuanta cosa más.
-No ni de coña voy a dejar que utilicen eso conmigo – le digo un poco asustada. Bueno asustada no, pero si nerviosa.
- ¿Por qué no Muñeca? – me dice pasando el floger por mi cuerpo – Querías que te follaran y eso es lo que vamos a hacer – me dice sin quitar esa sonrisa de su cara – se sentó sobre mis caderas inclinándose hacia enfrente muy cerca de mi rostro - ¿Qué acaso ya no quieres muñeca? – con su pulgar acaricio mis labios - ¿Ya no quieres que te follemos? – su otra mano la coló en medio de nuestros cuerpos y me toco por encima de ropa interior, quise serrar las piernas pero la barra me las abrió más y él se rio – Yo creo que si quieres – me beso mi mejilla – No sabes las ganas que tengo de follarte – baso su mano a mi pecho para acariciarlo un poco – De meter mi polla a tu boquita bonita y ver como me la chupas toda – Hay santa mierda, este hombre hará que me corra sin haber follado antes – Pero primero, quiero poner mi boca aquí – dice metiendo sus dedos debajo de mis bragas - ¿Me dejas Muñeca? ¿Me dejas chupar esto bonito de aquí? – Mierda, es imposible decirle que no si me habla así.
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FanFic's de Emma e Ilenko
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