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-¿A dónde vas? – Pregunta Ilenko en cuanto entra a la habitación.
Desde hace semanas que quería salir de fiesta, así que organicé una noche de chicas con todas las chicas que conozco, ósea las amigas de mi hermana Rachel y Domi. También invite a Aleska pero dijo que tenía cosas más importantes que hacer y se fue.
También invité a mi queridísima suegra y a su gatita para joderla, pero ellas solo se fueron mientras Vikctoria me decía los días que faltaban para que me divorciara.
-Si vas a entrar a mi habitación por lo menos toca antes de entrar – le digo frente al espejo donde estoy terminando de maquillarme.
-Te hice una pregunta – dice poniéndose detrás de mi.
-No deberías de preguntar a donde voy – le digo mientras me coloco un poco de bálsamo en los labios – Tú aprovecha que no estaré y podrás irte con tus gatitas.
Me quito la bata blanca que tenía puesta y me quedo completamente desnuda para tomar mi ropa interior y ponérmela con él presente. Me la coloco y tomo el vestido para ponérmela pero me pongo delante del espejo de cuerpo completo para poner el vestido delante de mi para ver como me vería con el puesto.
-Emma... - dice pero lo interrumpo.
-Creo que va sin sostén – hablo sin prestarle atención.
Pongo el vestido en la silla y llevo mis manos a mi espalda para desabrochar el sostén haciendo que esté caiga al suelo y mis pechos queden libres. Vuelvo a tomar el vestido y me lo coloco, quedando con la espalda completamente descubierta.
Camino a mi armario en donde tomo los tacones altos negros, me siento en la orilla de la cama y me los coloco, y en todo momento siento la mirada de Ilenko sobre mi.
-¡Mami! – Entra gritando Amelie con su pijama ya puesta – Yo quiero ir contigo – me dice cruzándose de brazos y haciendo un puchero.
-Hay mi amor – La tomo de la cintura y la siento en mi regazo – Me encantaría que fueras conmigo, pero es una fiesta de adultos, no habrá ningún Niño y te vas a aburrir – Le comento mientras peino su cabello con mis dedos.
-Pero quiero ir – Me abraza con unas lágrimas que caen por sus mejillas.
-No puedes ir mi amor – la separo de mi un poco – Pero te prometo que mañana tu y yo haremos una pijamada. Comeremos dulces, veremos las películas que quieras y comeremos la gelatina de colores que tanto te gusta.
-¿De verdad? - Me dice limpiando sus mejillas
-Lo prometo – besó su frente – Ahora a dormir que ya es muy tarde.
-¿Me arropas? – Me pregunta cuando trato de bajarla de mis piernas
-Claro que si mi amor – Me levanto con ella abrazándome y me tambaleo un poco por lo alto de los tacones pero retomo rápido la postura.
