Chapter 2 : Un concepto extraño de Amor.

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Había pasado si acaso una semana desde lo ocurrido. Y tanto Sasuke como Hinata no daban señales de vida a sus amigos y familia.

Sasuke seguía en el sofá, llevaba toda la semana acostado hay. No se había duchado para nada, y aún seguía bebiendo. Tal y como él había dicho, quería ahogarse en alcohol.

Hinata lloraba casi todo el día, no comía y siempre quería dormir.

Ambos estaban lastimados, estaban heridos y no podían afrontar, aun, lo que ocurrió. Heridas que no sanaban, heridas que no sabían cómo curar. Prefirieron fundirse en la oscuridad y sufrir.

Naemi trataba de ayudarlos, pero sabía que debía dejarlos así por unos días, que sacaran su dolor...o que trataran de sacarlo, sin embargo al paso de la semana y media supo que era hora de intervenir. No iba a dejarlos así, sufriendo solos. Ya era hora de sacarlos de ese abismo al que los habían arrojado, y ella estaba dispuesta a sacarlos aun que ellos no quisieran.

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La mañana se alzó aquel día, ese día específicamente nublado que amenazaba severamente en dejar caer una tormenta. El viento golpeaba los ventanales de la casa con fuerza, casi como si los quisiera arrancar.

Naemi estaba metiendo las plantas de la terraza por el mal clima. Sasuke se había levantado para ir al baño, solamente para eso se levantaba y para tomar más cerveza de la nevera.

Claramente una de las macetas de las plantas era bastante pesada, y Naemi al no poder sola con ella esta cayo de sus manos creando un horrible sonido que provoco que Hinata saliera del habitación preocupada.

-Mierda...-murmuro Naemi al ver el desastre causado por la maceta rota.

-¿E-Estas b-bien, Naemi?-escucho la voz apagada de la joven Hyuga.

Hinata se veía fatal, su cabello sin vida y su mirada apagada. Su piel seca y sucia. Sus mejillas enrojecidas y sus ojos hinchados por tantas lágrimas que siempre caían. El corazón de Naemi se encogió al verla de esa manera, era el claro ejemplo de muerta en vida.

-Sí. Solo que la maceta se me cayó y bueno...—Señalo el piso lleno de tierra y partes de la maceta rota.-Iré por la escoba y el recogedor—la rubia salió a la terraza y tomo la escoba junto al recogedor.

-¿Q-Quieres que te a-ayude?-

-Si quieres—le sonrió como siempre, de forma dulce.

Hinata se acercó y entre las dos comenzaron a recoger. Tras tomar varios pedazos grandes de la maceta, la dueña de ojos perlados se percató de que aquellos pedazos ya se habían roto anterior mente y habían sido pegados.

-¿Y-Ya se había roto antes?—hablo mostrando dos trozos que estaban unidos.

-Ah...—soltó una risa nerviosa.—Si...no es la primera vez que se rompe...es solo que...es tal y como decía mi Mamá...—tomo dos trozos del suelo y los unió.—Si tiene remedio, hay que armarlo otra vez—formo una sonrisa mostrando sus dientes blancos. Hinata se quedó mirándola unos segundos antes de bajar la mirada nuevamente.

-¿Y qué...que pasa cuando ya no tiene remedio?—inconscientemente se llevó una mano al pecho.

-Pues... Hay que comprar otra—Naemi coloco sus manos sobre los hombros de la Hyuga, quien volvió su vista a ella nuevamente.—El corazón es como una maceta, y el amor es lo que crece en ella—continuo.—Si cuidas bien la planta dentro del lugar correcto esta crecerá fuerte y hermosa. Sino la cuidas se marchitara y morirá—Hinata guardo silencio mirando a la rubia quien siguió con aquella explicación sobre el amor.—Cuando una maceta se rompe, si tiene remedio hay que armarla otra vez...y si ya no tiene remedio...como esta—murmuro esto último.—Hay que comprar una nueva.

Revenge of the fallen angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora