Chapter 23: No sin Él

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El teléfono sonaba en la oscuridad de aquella mansión. Itachi, se levantaba con suma pereza, odiando al que estuviera llamando.

Salió de su habitación arrastrando los pies hasta llegar al piso de abajo, antes si quiera tocar el teléfono de la sala, este dejo de sonar. Bufo molesto, pensando en quién demonios llamaría a esas horas.

Eran si acaso las cuatro cuarentaicinco de la mañana, y él no estaba de humor para atender bromistas. Camino a la cocina a echarse un poco de agua a la cara para tratar de espantar el sueño que tenía y si volvían a llamar no sonar tan adormilado.

Pensaba que quizá se trataría de su hermano, después de lo que le conto Yahiko, era él a quien creía que le estaría llamado para que fuese a buscarlo. Tras lanzarse agua tibia y espabilarse un poco, el teléfono sonó otra vez.

Se acercó a tomar el teléfono que estaba en la cocina y atendió.

-Mansión Uchiha-Espero a que la otra persona hablara, y lo que le conto, le dejo completamente helado.

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Estaba en el hospital, sentado en la sala de espera, ambos brazos cruzados, una de sus piernas se movía frenéticamente en señal de sus nervios. Había llegado tan rápido como pudo después de haber atendido aquella llamada.

-¿Es usted Uchiha Itachi?, ¿hermano mayor de Uchiha Sasuke?- Su voz era femenina y aguda.

-Si el habla-

-Le llamo de parte del hospital, trajeron a su hermano con heridas graves a causa de un horrible accidente que tuvo- La mujer hablaba con toda la tranquilidad que pudiera.

-¡¿Qué?!-

Después de eso había salido tan rápido como pudo. Solo logro mandar dos mensajes, uno a Madara y el otro a Naemi, pero ninguno le había respondido. Ahora estaba solo esperando a que le llamaran.

¿Cómo pudo ser tan idiota?, ¿Cómo no pudo predecir lo que pasaría? Sasuke estaba tan inmerso en el abismo y el dolor, le dejo morir solo otra vez.

Son hermanos, y si algo se había prometido cuando sus Padres fallecieron era que siempre cuidaría a su tonto hermano pequeño. Que buen trabajo había hecho...

Apretaba la mandíbula crujiendo sus dientes enfadado consigo mismo. Si Sasuke... No, ni siquiera podía imaginarlo.

Miraba el reloj cada dos por tres minutos, la ansiedad que su cuerpo resistía era demasiada, tanto que no sabía cuándo más podía aguantar.

Necesitaba el apoyo de alguien, y no había tenido respuesta de Madara. Saco su móvil con las manos temblorosas, antes si quiera marcar el número de su Tutor, alguien le llamo.

-¡Itachi!- giro su cabeza y poso sus oscuros ojos en esa persona, Naemi llegaba hasta el corriendo con la respiración agitada, su cabello húmedo, pantalones de mezclilla, tenis y una blusa negra de tirantes sujetos al cuello.-Pe-Perdón por no haber respondido antes-Jadeo.

Suspiro aliviado, ahora no estaría afrontando esa situación solo.

-Gracias por venir- le dedico una sonrisa, misma que no pudo sostener mucho tiempo.

-¿Te han dicho algo?- El contrario suspiro.

-No aun no...-poso sus ojos en el reloj, ya tenía más de dos horas hay, solo con lo que había dicho la enferma al momento de llegar. Aclarando, que no fue nada agradable, ni reconfortante.

Según la mujer, su hermano choco contra otro auto en una colisión espantosa que bien debió haberlo matado, pero no fue así. Había logrado salir del auto, y aun que fue bueno que lo hiciera, también se había hecho más daño, provocando que su cuerpo perdiera más sangre.

Revenge of the fallen angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora