Chapter 26: Una vez más

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Hinata caminaba hacia la habitación con una mochila donde tenía varias cosas para pasar el rato con Sasuke. Alegremente se acercaba hasta la misma, con ideas positivas, con entusiasmo y un gran deseo; Pero no solo eso, sino que también quería hablar con él sobre su relación, y lo que pasaría en un futuro.

Al llegar a la puerta, abrió la misma sin avisar, pero eso no habría servido de mucho. Dentro estaban los tres Uchihas discutiendo no solo entre ellos sino también con Jiraiya. Busco con la mirada a Sasuke quien quería hundirse de la vergüenza en su cama. Naemi estaba sentada en el pequeño espacio de la cama de Naruto, ambos también se veían avergonzados a causa de aquella discusión campal.

Hinata se quedó de pie, pensando en sí debería de intervenir en aquella discusión.

-¿Por qué no vas con Sasuke, cariño?-Aquella voz le resulto conocida de alguna parte. Y al verla supo bien de quien se trataba.

Una mujer alta, delgada, vestía un atuendo de ejecutiva en color gris, un cabello rubio con puntas rojas, y unos ojos azul claro. Le dedico una sonrisa amable, misma que le recordó a Naemi. Así que ella era su Madre. Hinata atónita, acato la orden pasando de la discusión hasta llegar con el moreno quien le recibió con una sonrisa.

La Hyuga se intercambió una mirada con Naemi, misma que le sonrió casi como aquella mujer. Tras aquello, Naemi volvió la mirada hacia Naruto tomando su mano con la suya. Ella hizo lo mismo con Sasuke, y después aquella dulce y encantadora voz que poseía la mujer, se borró.

-¡¿PODRIAN CALLARSE?!- Su voz cambio notoriamente a una más sería y grave.- ¡Están en un maldito Hospital!- Los hombres posaron su atención en ella, mirándola incrédulos. Dio dos pasos hacia ellos con firmeza, pisando fuertemente para demostrar su autoridad.- ¡Naruto y Sasuke necesitan descansar y ustedes idiotas discutiendo en plena habitación como si fueran unos niños!-

Tanto Obito como Itachi se mostraron temerosos a causa de los gritos de es dama, Madara e Jiraiya se encogieron de hombros mientras eran regañados como dos niños.

-¡Si quieren comportarse como niños, les tratare como niños!- sentencio.- ¡Se largan y no regresan hasta mañana!- En respuesta abrieron sus ojos como platos.

-¡No puedes hacer eso!-alego Madara.- ¡Es mi sobrino!-

-¡Tiene razón, no vas a obligarnos a irnos!- alego de igual forma el peliblanco.

-A demás, solo eres una mujer... y ninguno de ellos está bajo tu tutela, así que date media vuelta y permite que los hombres hagamos nuestro trabajo-dijo Madara, mientras Jiraiya le mostraba su apoyo.

-Idiotas...-susurro Naemi.

-Ya valimos...-dijo Obito.

-Tsk... idiota.-dijo Sasuke. Tanto Itachi como Obito se hicieron a un lado, mientras el ambiente se tornaba más frío.

-Una mujer... ¿eh?....-

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Lo que paso después había sido aterrador, aquella mujer que denotaba bondad, que se veía tan tranquila y frágil, se convirtió en un auténtico demonio que logro echar casi a patadas a los otros dos adultos.

Obito se vio en la necesidad de interferir para evitar más el caos que ocasionaba su mujer, recibiendo un poco de violencia, Itachi ayudo a su Tío recibiendo el mismo pago, pero al menos las cosas se tornaron tranquilas.

-¡Y no regresaran hasta que yo se los permita!-grito mientras tanto Obito como Itachi se llevaban cargando a aquellos que se atrevieron a contradecir a esa mujer.

-Tu...mujer...da miedo...-dijo Jiraiya quien yacía en la espalda de Itachi.

-¿Cómo puedes soportarla?-dijo Madara quien estaba en la espalda de Obito.

Revenge of the fallen angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora