🌸🏕️🌟KALOPSIA🌟🏕️🌸
Julieta tiene todo lo que una chica de su edad podría desear: un novio guapo y simpático, unos amigos fieles y va a entrar en la universidad que siempre había querido. Además, ha conseguido su primer trabajo y es con el que si...
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Si digo que ayer fue una de las peores noches de mi vida no exagero. No sé ni cómo conseguí recomponerme tras mi conversación con Martín, pero pude hacer el trabajo y asustar a varios acampados que se creían a salvo llegando al final del juego. Mi disfraz ayudó a esconder las lágrimas que habían estado rodando por mi rostro, así que tuve suerte y nadie me preguntó por ello. Cuando terminé le dije a uno de nuestros compañeros, Lucas, el que vino a avisarme de que era el último grupo, que me excusase ante los demás en la reunión, pues no me encontraba bien. Llegué a la cabaña, me duché para quitarme el maquillaje, y me metí en la cama donde la culpa no hacía más que atenazar mis entrañas.
En estos momentos, me encuentro sentada en la cama. Las chicas se han ido a desayunar con los demás acampados. Coral me ha preguntado si me encontraba bien o necesitaba algo. Tras mi negativa se ha ido con cara de preocupación, pues tanto ella como los demás creen que todo esto se debe a secuelas que me ha dejado el accidente. No todos, porque, al menos, Mariela me ha mirado con impaciencia mientras señalaba a nuestra otra amiga con la cabeza. He asentido, esperando que eso la complaciera, y algo ha debido de ver en mi rostro pues antes de irse se ha acercado, cogiéndome de la mano y apretándola con comprensión. Puede que esta noche hable con ella, contándole lo que pasó con Martín y me ayude a planear cómo contárselo a los demás y evitar que la bomba nuclear estalle en mis manos.
Una ducha de agua fría consigue sacarme un poco de mi estupor. La noche ha sido calurosa y la he pasado arropada por completo por las sábanas para que nadie se diese cuenta, al encender la luz por casualidad, de mi desvelo. Me visto con desánimo, preparándome para enfrentar el día. Sé que podría quedarme en la cabaña con la excusa del accidente, pero cuanto antes comience a enfrentar mis errores, mejor.
Sin que pueda evitarlo acuden a mi mente imágenes de Martín. Mi cuerpo recuerda su contacto y un nudo se forma en mi estómago. No sé qué siento exactamente por él, pero está claro que no me es indiferente. Sin embargo, la culpa es aún más fuerte y me ataca, impidiendo que disfrute de lo que debería de sentir en esta situación. Sé que llevo unos días diciéndolo, pero está claro que no me queda más remedio que hablar con Román. Aunque creo que me siento peor por Coral, pues no puedo evitar sentir aún un poco de rencor hacia mi novio por todo lo que ha pasado estos días y mi parte irracional sigue gritándome que se lo merece. Pero mi amiga no ha hecho nada y yo decidí traicionarla. No solo por el hecho de liarme con el chico que le gusta, sino porque le he mentido dándole falsas esperanzas cuando sabía que no tenía ni una sola oportunidad con él.
Salgo de la cabaña con las ideas claras, decidida a hablar esta noche con Coral para contárselo, aunque intentando antes que Mariela me acompañe. Podría hacerlo durante el día, pero creo que es mejor esperar a que los acampados estén dormidos. Además, hoy hay juegos en grupo por el bosque y va a ser muy difícil que coincidamos fuera de la comida, donde hay demasiada gente y tenemos que hacer nuestro trabajo de vigilancia.
Girándome tras cerrar la puerta con la llave me encuentro de frente a Daniel, lo que hace que me asuste.
—Joder, tío, eres muy silencioso —digo mientras comienzo a alejarme de él. No me apetece hablar con nadie y menos con un idiota.