La luz de la mañana se hizo presente a través de las persianas, Volkov estaba tumbado en el sofá más grande de la sala, yo en otro más pequeño.
-¿Qué hora es?- Susurré y miré mi móvil. 7:56.
No puedo decir que me encuentro muy bien, el dolor de cabeza se apodera de mi, claro, el vodka y el llanto hasta las tantas de la noche no son muy buena combinación. Ni siquiera sé cómo rayos desperté temprano.
Me levanté sin mucho movimiento y caminé al lado de Viktor para despertarlo.
-Oye, Vik- Lo moví un poco hasta que despertó -Debemos alistarnos para trabajar.
-Joder, ¿Qué hora es?- Se levantó un poco y talló sus ojos.
-Van a dar las ocho, es temprano, relativamente hablando. Anda, vamos.
Ambos tomamos una rápida pero necesaria ducha. Terminamos de arreglarnos, cada uno por su lado, y cuando por fin estuvimos listos, salimos de casa.
...
Al estacionar, antes de salir del auto, me puse unas gafas de sol. Mis ojos estaban inchados y tenía ojeras, así que, prefiero tenerlos puestos. Estando listos bajamos y nos adentramos a comisaría.
-Por Dios...- Suspiré cansada al ver el tumulto de gente dentro. -¿No se supone que estamos en alerta?
-No, ya no, solo son ciertos momentos en el día y, bueno, aprovechan cualquier oportunidad.- Resopló Volkov.
-No tengo ánimos para mandarlos a tomar por culo.- Seguí mi camino a los vestuarios, aunque realmente no iba a cambiarme de ropa, solo dejaría la chaqueta que traje. Luego me adentré a la armería y tomé lo reglamentario al momento. El mismo de ayer.
Prendí y sincronicé la radio. Volkov se adelantó a hablar.
-Necesito que todos los agentes estén en comisaría, rápido.- Lo escuché doble ya que sonó en la radio y estábamos en la misma habitación.
Poco tardaron los agentes en estar presentes, todos en fila ignorando por completo a los civiles.
-Tenemos a la Inspectora LI de vuelta en comisaría. Ya saben cómo tratarla y que hacer, así que no hacen falta explicaciones.
-¿Por qué no estuvo aquí? ¿Sabe lo que ha pasado en la ciudad? Con los agentes que han caído.- Cuestionó un oficial con evidente molestia.
-Eso pregúntaselo al superintermitente de los cojones.- Resoplé con enojo -Por cierto, tengo que decirles que, si algún agente se va, a otra ciudad, a otro país o a comer con su tía Lola, de vacaciones o donde coño sea y otro agente muere, se lo hacen saber todos. Si alguno les dice “Ya le avisé” corroboran que así sea, preguntándole al otro. No quiero que ninguno se entere de los agentes caídos hasta que llega después de tres putos meses.- Hice una pausa -Inteso?
-10-4- Respondieron los agentes.
-Muy bien, a trabajar. Y ustedes- Señalé a los civiles mientras sacaba el taser -¡Fuera de mi puta comisaría!
Todos se dispersaron, algunos civiles si se quedaron, pero tampoco les hice nada, algo bueno tendrá que ser para que se queden aún con amenazas.
Cubrí mi cara con un pasamontañas negro y liso, Volkov y yo fuimos al estacionamiento y saqué mi patrulla, menuda sorpresa, Conway iba llegando.
-Volkov, ven conmigo- Lo llamó demandante.
-10–5- Respondió el nombrado -Tengo cosas que hacer.
-No es una pregunta, a mi despacho, ahora.
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Promesa.
أدب الهواة𝙽𝚊𝚍𝚊 𝚎𝚜 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚊𝚛𝚎𝚌𝚎. ----- 𝙴𝚜 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚜𝚒 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚊 𝚞𝚗 𝚖𝚊𝚕 𝚜𝚞𝚎ñ𝚘, 𝚞𝚗𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚘 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚝𝚊𝚛. ----- ¿𝙼𝚎 𝚊𝚖𝚊𝚜 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚢𝚘 𝚊 𝚝𝚒? ----- 𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜...