La noche pasada fue muy agradable y hoy me encuentro muy feliz, a pesar de la situación general. Gustabo me regresó a casa a eso de las tres de la mañana, habíamos pasado esas horas en la playa, siendo realmente felices.
Me siento como adolescente ahora mismo, con ganas de verlo y pasar todo el día con él.
•••
De camino al trabajo me topé con aquel dúo dinámico, yo iba en coche y ellos caminando. Me acerqué a ellos e hice sonar el claxon, cuando voltearon fue que hablé.
-Hola guapos, ¿Los llevo a algún lado?
-Me temo, señorita, que no estoy libre, pero aquí mi amigo sí.- Respondió Gustabo.
-Una lástima, me había gustado mucho usted, pero bueno, que su amigo no está nada mal.- Horacio rió y se acercó un poco más a la ventanilla del lado del copiloto.
-Bueno, entonces yo si acepto, es un gusto señorita, mi nombre es Horacio- Me dijo en tono coqueto y alzó las cejas en sugerencia
-El gusto es mío, puedes llamarme Dea.- Gustabo subió de copiloto y Horacio en los asientos de atrás.
-¿Dea? ¿Y eso porqué?- Me cuestionó Gustabo una vez puse en marcha el coche.
-Dea significa Diosa en Italiano, algo sencillo, humilde, como yo.
-Ja, si si, humilde dice.
-¿De qué te ríes? È la verità.
-¿Qué? ¿Qué idioma es ese?- Preguntó Horacio.
-¿Qué idioma será? Pues italiano Horacios, italiano.
-No sabía que hablabas italiano.
-...Ostia, menudo déjà vu acabo de vivir. Soy italiana Horacio, por eso hablo italiano.- La cara que pusieron ambos, de sorpresa, me hizo entender que ninguno de los dos sabía que soy italiana.- Dios santo, ninguno de los dos lo sabía.
Justo habíamos llegado a comisaría y yo ya estaba estacionando el coche, cuando bajé fui seguida por aquel par detrás pidiéndome perdón por no saber mi nacionalidad. Afortunadamente nos encontramos a Volkov y me salvó de aquella situación tan cómica e incómoda.
-Isabelle, justo estaba a punto de llamarte.
-Ah, pues ya no hace falta ¿Qué necesitas Volkov?
-Патруль, чтобы поговорить о некоторых вещах.
-Ah, Это очень важно?
-Да, вполне.
-Ok, ok, entiendo. Entro en servicio y procedemos a fugarnos.- Caminé a la máquina para pasar mi tarjeta y luego a armería para tomar mi pistola, taser y radio.
-Isa, perdonános, es que nunca lo habías mencionado y hablas muchos idiomas.- Se quejó con pucheros Gustabo.
-Gusnabo tiene razón, hablas muchooooooss idiomas, no podíamos descubrirlo así.
Suspiré y volteé para verlos. -No me molesta, tranquilos.
-¿Segura?- Preguntaron al únisono.
-Sí, pero desafortunadamente ahora tengo que irme.
-¿Vas a ir con el cabeza-hormiga?- Miré a Gustabo con una ceja alzada.
-Se llama Volkov y es tu superior, mamabuebo. Y sí, iré con él.
-Siempre haz patrullado mucho con el comisario ¿No?- Me seguía discutiendo Gustabo.
-No siempre, pero supongo que en los últimos meses sí. ¿Por qué? ¿Estás celoso, Gustabín?- Su mirada se desvío de la mía. - Bueno, Caro, debo irme. Adiós Horacio.
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Promesa.
Fanfiction𝙽𝚊𝚍𝚊 𝚎𝚜 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚊𝚛𝚎𝚌𝚎. ----- 𝙴𝚜 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚜𝚒 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚊 𝚞𝚗 𝚖𝚊𝚕 𝚜𝚞𝚎ñ𝚘, 𝚞𝚗𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚘 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚝𝚊𝚛. ----- ¿𝙼𝚎 𝚊𝚖𝚊𝚜 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚢𝚘 𝚊 𝚝𝚒? ----- 𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜...