El trayecto a comisaría fue todo un show, me intentaron sobornar con dos euros, un paquete de chicles y un chocolate a medio comer. Parece chiste pero es anécdota.
-Muy bien, hemos llegado -Dije aparcando el coche, bajé de él y les abrí la puerta a ambos para que salieran-.
-Creo que usted es muy buena agente, que le parece si le pongo 5 estrellas y usted nos deja ir.
-Aquí agente L tengo dos hombres en la parte trasera de comisaría esperando ser cacheados, se niegan a qué yo lo haga por ser mujer, así que necesito un par de agentes hombres de inmediato. - Hablé por radio a mis compañeros, cuando escuché la confirmación de dos de ellos regresé mi atención a los tíos frente a mi-.
-Fua, y yo que creí que nos llevaríamos bien -El pelinegro fue quien habló ahora-.
-Bueno, podemos hacerlo de no ser porque se meten en problemas cada dos por tres e intentan sobornar policías con dos euros un chicle y un chocolate, mordido, además. Es indignante, que lo sepan.
-Bueno te hubiéramos ofrecido más pero no llevamos, tampoco es nuestra culpa.
-Ese no es asunto mío.
La puerta se escuchó abrirse y de ella salieron Ivanov y Conway, no eran precisamente los que habían respondido y no era que tuviera muchas ganas de verle de nuevo.
-Pero que tenemos aquí, ¿No sé cansan de venir aquí verdad? -Comentó Conway al verlos- A ver muñecas, contra la pared.
Después de cachearlos los llevamos abajo para poner la correspondiente multa.
-Diría que espero no volvernos a ver aquí, pero me temo que no es algo que se pueda evitar, así que, suerte. -Dije y me encaminé a la salida-.
-Espere afuera agente L -La voz del superintendente resonó por mi pinganillo-.
-10-4 súper -Solté un suspiro y seguí mi camino hasta mi Z, me recargué en él esperando-.
Pasaron aproximadamente 15 minutos en lo que esperaba hasta que nuevamente escuché la puerta abrirse y con ella pasos hacia mi, no levanté mi vista pues, estaba viendo algunas cosas en mi móvil, solo hasta que sentí un manotazo y luego mi teléfono caer fue que lo miré a los ojos.
-Lo lamento, me tropecé -Se disculpó con evidente sarcasmo e ironía y con una expresión de fingida inocencia-.
Me agaché para alzar el móvil y luego lo revisé externamente. Intacto. -Oh, no se preocupe, es Xiaomi, solo tenga más cuidado quizá otra persona lleve un iPhone y no sobreviva -Le respondí casi igual que él y guardé mi móvil-.
-¿Qué? ¿Pasando el rato?
-¿Y que iba a hacer sino? No es como que pueda ir a perseguir malechores si usted me dice que espere afuera.
Su mirada seria y fría, esa que antes me causaba tanto escalofrío, se posó en mi.
-Patrullemos -Habló y me hizo a un lado para subir de copiloto, antes de subir me miró, supongo que notó la indignación y confusión en mi rostro- ¿Qué?
-Dos cosas. Una, ¿Voy a conducir yo? Y dos, ¿No me puede pedir permiso para quitarme?
Me miró fijamente y se acercó a mi los pocos pasos que habían quedado entre nosotros.
Me tomó de los brazos y acercó su rostro más al mío.-Creo que la respuesta a ambas preguntas las sabes, si no fueras a manejar tú, entonces de que coño me sirve subir de copiloto, y no, no tengo la necesidad de pedirte permiso.
-Pues sería bueno que lo pidiera, no seas tan hijo de puta y no vuelvas a apartarme así.
-Me solté y me dirigí al asiento del conductor, subí y él hizo lo mismo-.
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Promesa.
Fanfiction𝙽𝚊𝚍𝚊 𝚎𝚜 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚊𝚛𝚎𝚌𝚎. ----- 𝙴𝚜 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚜𝚒 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚊 𝚞𝚗 𝚖𝚊𝚕 𝚜𝚞𝚎ñ𝚘, 𝚞𝚗𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚘 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚝𝚊𝚛. ----- ¿𝙼𝚎 𝚊𝚖𝚊𝚜 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚢𝚘 𝚊 𝚝𝚒? ----- 𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜...