Diciannove.

17 3 2
                                    

Un par de meses han pasado, mi relación con Gustabo es realmente increíble, es de esas relaciones que siempre te imaginas tener con alguien, solemos estar en los mismos turnos para poder salir iguales, cosa que mayormente pasa. Salimos mucho a cenar y a comer y solemos también quedarnos en la casa del otro a dormir. Es verdad que yo de vez en cuando debo quedarme horas extra en comisaría, pero incluso así a llegado a esperarme hasta en mi oficina, la cantidad de veces que lo he visto dormido en el sofá de aquella sala es incontable, al igual que las fotos que tengo de aquellos momentos.

Por otro lado, con Conway ya no tengo ningún tipo de relación más que laboral, es verdad que a veces llega a ser incómodo, pero creo que es necesario, Michelle ha intentado de todo para que volvamos a hablar como antes, pero ninguno de los dos cedemos, no es lo mejor de momento y creo que ambos lo sabemos.

He estado hablando con, bueno, mi hermano, sigue preguntando cuando es que iré a Italia, y la verdad estoy ansiosa por ir, por saber quién es el figlio di puttana responsable de todo el desastre sucedido en la ciudad. Pero claro, primero debía asegurarme de que las cosas se hubieran calmado y creo que así está siendo, aunque tenemos que el Calavera esté planeando algo peor. Aún así debo aprovechar estos momentos de calma antes de la tormenta, evitar que llegue la tormenta.

•••

-Hola cariño- Escuché la dulce voz de Gustabo tras el móvil.

-Hola Rey, ¿Cómo estás?- Saludé de vuelta.

-Hecho una mierda la verdad, apenas me voy levantando, lo bueno es que el viejo me dió el día, siento que me muero.

-Ya, normal, no es para menos el tiroteo que se armó, no estás acostumbrado a tanto ajetreo.

-Si, es verdad... Pero oye, ¿Tú qué tal? ¿A qué hora sales del laburo?

-Ni perra idea, pero trataré de apurar las cosas y dejar todo ordenado acá, voy a esperar a que llegue alguno de los comisarios o el súper. Entonces me escapo de aquí, si no llego, quiere decir que la vida me odia y no me han dejado salir. Pero cualquier cosa yo te aviso.

-Bueno, intenta venir pronto ¿Si? Tengo muchas ganas de verte.- Sonreí torpemente y asentí, aunque el no podía verme.

-Yo le pongo nitro mi vida, pero que a veces no se puede, aún así te hablo. Que yo también quiero verte.

-Bueno, dale, te dejo que voy a salir a comprar cosas para la comida, o la cena, según la hora que llegues.

-Vale la mia vita. No quemes la cocina. Ti amo.

-Ti amo di più.- Sonreí ante sus palabras y colgué.

Me concentre en terminar el par de informes que debía entregar, afortunadamente los terminé pronto, debido a que tampoco ha habido mucha actividad no había casi nada que informar. Subí al despacho de Conway, sin tocar pues sabía que él no estaba.

Dejé el par de documentos sobre su escritorio y salí tan rápido como entré, tomé mi móvil y marqué el número de Volkov. No hablé hasta escuchar aquel pitido característico de llamada atendida.

-Eu Viktor ¿Ya vienes?

-Нет, aún me tardo un par de horas, estoy atendiendo unos asuntos importantes con Conway, bueno, ya sabes, importantes para él más que para mí.

-Ah, ¿Sabes si viene Greco?

-Negativo, pero tampoco debería tardar mucho más. ¿Por qué preguntas?

-Nada importante, solo una cita con alguien llamada vida personal.

Escuché a Volkov reírse y luego se disculpó.

Promesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora