Sedici.

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-¡No! ¡No lo entiendes, no puedo permitir que pase de nuevo!

-¡El que no entiende eres tú! Ha pasado y seguirá pasando mientras sigas vivo! Igual que ellos, tampoco estoy dispuesta a aceptarlo. Voy a matarlos.

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Las últimas dos semanas he estado investigando a todos y cada uno de los sospechosos, siguiéndolos y preguntando por ellos.

He descartado a varios de ellos, me parece que la mayoría de sospechosos que quedan, y otros que agregué a la lista, son trabajadores en el taller mecánico de la ciudad.

Han pasado muchas cosas que definitivamente no esperaba, al parecer esto de ocultarme información no se le quita a Conway.

Resulta que los alumnos Gustabo y Horacio estaban de "informantes" para la policía, aunque claro, solo lo sabían Jack, Volkov e Ivanov, vaya, los más altos rangos del CNP. Esto antes de ser agentes, evidentemente.

Se hicieron "amigos" de uno de los mecánicos; Emilio Escobilla, hermano del difunto Pablo Escobilla, menuda historia se hicieron con esos dos, Horacio y Gustabo vendieron a Pablito, en el informe dice que Pablito tenía alrededor de 30 cadáveres en su patio trasero y un carrito de vagabundo, sin vagabundo.

Según el par dinámico, Emilio le disparó a Horacio en las piernas en memoria de su hermano. Afortunadamente no fue nada muy peligroso, aún puede caminar, pero es obvio que el dolor está.

Le hice jurar a Conway que no me ocultaría nada más, necesito estar al tanto de todo.

Entonces, ahora hay más sospechas y ojos en el taller mecánico, aún así, no nos confiamos, seguimos estando al tanto de cualquier movimiento.

También hemos tenido alertas terroristas, justo ayer la comisaría estaba rodeada de francotiradores, se ha liado parda, todos los que estábamos en comisaría se nos era casi imposible salir, a Conway lo dejaron inconsciente dos veces por lo menos, algunos agentes heridos que tuvimos que arrastrarlos dentro, afortunadamente también tengo conocimientos en el área médica y con la ayuda de otros agentes logramos tenerlos estables.

Afortunadamente no hubo ninguna pérdida por este atentado, la única pérdida fue un agente que falleció por un ataque al corazón.

Estos tiempos han sido de locos, horribles, algunos agentes me han expresado su miedo por morir, sobretodo los alumnos, imaginemos estar emocionados por pasar las oposiciones y que justo empiezen a asesinar policías, una puta paranoia.

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Ahora mismo son las 6:00am me estoy preparando para ir a trabajar, últimamente llego muy temprano y me voy muy tarde, tengo la esperanza de que pase algo que me haga avanzar en la investigación.

Después de tomar una ducha, arreglarme y prepararme un café, salí de casa a eso de las siete, voy con buen tiempo, quedé con Volkov para patrullar. Aún tengo que estar haciendo informes, lo bueno es que se me da bien y ya puedo terminarlos rápido.

Aparqué el coche enfrente de comisaría, dejé mi chaqueta ahí mismo, en el asiento de copiloto, caminé a la entrada e hice lo mismo de siempre, después de tomar las armas que, ahora eran solo la porra, el taser y la pistola reglamentaria, me adentré a mi oficina para terminar el informe.

-Isabelle- Se escuchó una voz detrás de mi -Hola, ¿Qué tal la mañana?

-¿Isabelle? ¿Tanta confianza?

-Bueno, tú me llamas Gustabo.

-¿Prefieres que te llame por tu rango? Alumno. Si quieres puedo hacerlo.

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