Otto.

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Desperté con mucha pereza, anoche no había dormido mucho porque quería avanzar con los papeles.
Fuí al baño y cuando me ví en el espejo pude vislumbrar las bolsitas obscuras debajo de mi rostro, no siempre se me veían, pero notaba que últimamente no se iban.
Me dí una ducha con agua fría para relajarme un poco.
Salí del baño y me puse un pantalón táctico negro con algunos acabados plateados y una playera negra sin más, acompañados por unas botas cortas negras.

Salí de casa y conduje a comisaría, sí, hacía dos semanas que me habían entregado por fin el coche, era bonito, color negro con luces azules, era un Chevrolet moderno.

Al llegar estacioné el coche en el parking de comisaría, ahora que lo pienso, el parking es mucho más grande que la misma comisaría.

Me adentré en la comisaría y caminé directo a mi oficina, sin embargo antes de poder siquiera tocar la puerta para abrirla, alguien me habló.

-Inspectora, espere por favor.- El tipo se posó junto a mi para que no lo ignorara.

-¿Pasa algo?

-Antes de todo me presento, soy Tom, Tom Ellis.

-Lo sé, ¿Pasa algo?- Él me miró sin decir nada, sabía que era algo problemático, de hecho, ni siquiera es agente, no legalmente, es ayudante de la policía, por lo que sé, hubo un caso de asesinato que lo relacionaba y después de eso no quiso separarse de la detective que estuvo a cargo de la operación.

-¿Parece que alguien no tiene un buen día?

-No tengo un buen día desde que llegué a esta mierda de ciudad ¿Necesitas algo o puedo entrar a mi oficina?

-Oh si, venga por favor.- Me jaló para entrar a la oficina y cerró la puerta detrás de él.

Suspiré tratando de controlar mis ganas de matarlo. -¿Qué es lo que quieres?-.

-Escuche, se que tiene algo con el Teniente Pierce- Levanté una ceja al escucharlo -No se preocupe, no le diré a nadie, es solo que últimamente a estado muy pegado con la detective Decker- Claro Chloe Decker, es la razón por la que él es ayudante de policía en primer lugar.

-¿Y? ¿Qué es lo que quieres que haga?

-¿No es obvio? Que los separe, no pueden estar así en el trabajo.- Me eché a reír cuando terminó esa frase.

-Debe de ser una broma- Dije aún riendo -¿En serio quieres que los mantenga separados como niños pequeños? ¿Qué estamos, en secundaria? Además, yo solo estoy aquí para entrenar a la malla, no para cuidar con quién se acuesta o no el Teniente.

Su mirada seria penetró la mía y fue que paré cualquier risa o sonrisa.

-Escucha, que tú tengas celos por Chloe no es mi problema, pero como me encanta ver el mundo arder, te ayudaré, no de la forma que quieres, porque aún no lograremos nada con eso, que tal si tú y yo empezamos a juntarnos más, cómo ellos dos, apuesto que algún sentimiento tendrán con eso.

-Uy, me gusta esa idea, ¿Cuándo empezamos?

-Ahora mismo, si es lo que quieres. Tengo que mandar algunos archivos a mis superiores, puedes quedarte o salir a ligar con cualquier agente que te encuentres, tardaré unos diez minutos más o menos.

-No, está bien, espero aquí.

-Bien. -Prendí el computador y mientras cargaba miré mi teléfono, Alexander aún no contestaba mis mensajes, otra vez esa ola de preocupación me invadió, decidí mejor hacerle una llamada. -Ahora vengo.- Le dije a Tom y salí de la oficina.

Marqué su número y esperé.

Un tono...

Dos tonos...

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