-¿Pero me avisarás cuando llegues, verdad?- Me preguntó Gustabo mientras ponía mis cosas en la maleta.
-Que si cariño, te avisaré cuando llegue y sobre cualquier cosa.- Terminé y cerré la maleta.
-¿Cuánto tiempo estarás fuera?- Volvió a preguntar y lo miré.
-La verdad no lo sé, pero intentaré regresar lo más pronto posible.- Me acerqué a él y tomé su rostro, él puso sus manos sobre las mías y me miró fijo.
-Te amo.- Dijo y ambos sonreímos.
-También te amo.- Me acerqué un poco más a él y besé sus labios, sin prisa, sin otra intenciones, solo queriendo sentir que estoy con él.
•••
La reacción de mis superiores a mi repentino viaje fue, bueno, no muy buena.
Digamos que se cuestionaban sobre porque me voy y porqué no les digo a dónde ni para qué.
Aún así logré convencerlos de que me dejaran ir, a pesar de que fuera de mala gana.
Así que sin mucho más que hacer en la ciudad, voy de camino al aeropuerto junto a Gustabo, que se ofreció a traerme.
-Pero vas a avisarme, ¿Verdad? Sólo para estar seguro.- Reí ante sus palabras, no sé muy bien cuántas veces me a preguntado lo mismo ya.
-Gustabo, voy a mandarte mensaje cuando suba al avión, cuando baje, cuando suba al taxi, cuando llegue al hotel, en fin, cualquier cosa que haga ¿Si? Tu no te preocupes.
-Bueno, bueno, está bien, pero si no lo haces, seré yo quién te llame.
-Me parece un trato justo.
Bajé del coche cuando Gustabo lo estacionó y enseguida bajó él.
Caminamos a la entrada del aeropuerto, estaba casi vacío, mucho como para ser un aeropuerto y fin de semana, pero bueno.Miré los alrededores intentando ver el letrero que marca mi próximo destino.
-¿Y a dónde irás?- Me preguntó mi acompañante, observando también los letreros con diferentes destinos escritos en ellos. -No me lo has dicho.
-Ah, es verdad, voy a Italia.- Contesté sin muchas ganas.
-¿Italia? Tu país natal.- Asentí ante sus palabras.
-Sí, hace mucho que no voy.
-¿Vas a ver a alguien?- Averiguó mientras caminaba.
-No, es decir, evidentemente sí, pero no a alguien en especial.- Mentí descaradamente -Son unas situaciones, arreglar papeles y toda la ostia.
-Entiendo, entiendo.
Seguimos buscando un par de minutos más el letrero.
Florencia.
Es lo que decía, caminé hacía allí mientras Gustabo me seguía.
-Vas a Florencia. Dicen que es una ciudad bonita.
-Si, bueno, dejando de lado su pasado medio turbio y algún que otro asaltante, sí, es una ciudad bonita.- Nos quedamos en la fila, podría jurar que hace un minuto no había nadie en ella, sin embargo, ahora estaba larguísima.
Estuvimos esperando lo que serían 20 minutos a qué fuera mi turno para abordar. A un par de gentes de ésta misión, volteé a ver a Gustabo.
-Oye- Me vió también -Te amo muchísimo, más que mi vida, más que a cualquiera. Te amo hoy y te amaré siempre.- Sonrió con mis palabras y me besó una vez más.

ESTÁS LEYENDO
Promesa.
Fiksi Penggemar𝙽𝚊𝚍𝚊 𝚎𝚜 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚊𝚛𝚎𝚌𝚎. ----- 𝙴𝚜 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚜𝚒 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚊 𝚞𝚗 𝚖𝚊𝚕 𝚜𝚞𝚎ñ𝚘, 𝚞𝚗𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚘 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚝𝚊𝚛. ----- ¿𝙼𝚎 𝚊𝚖𝚊𝚜 𝚝𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚢𝚘 𝚊 𝚝𝚒? ----- 𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜...