Italia - Cap 4

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Eran las 18:30 de la tarde, mi mejor amiga y yo habíamos estado toda la tarde visitando Italia, también yo le iba enseñando sitios y tiendas que yo había estado el día que llegué.

Desde que se fue Balde de mi habitación no me lo había vuelto a encontrar, no podía parar de pensar en lo que me había dicho horas antes, y no sabía por qué.

Intenté distraerme un poco para no pensar en él hablando con mi mejor amiga, porque no lo soportaba, y  no poder parar de pensar en él era lo peor que me podía pasar.

Llegamos al hotel casi dos horas después, se me hacía raro que él no estuviera por ahí abajo dando vueltas como siempre, pero ni loca iba a buscarlo a su habitación.

Estaba cenando con Nora, él seguía sin aparecer.

No podía parar de pensar en si podía haberle dicho algo que le hubiera molestado, aunque no debería de importarme.

Cuando estaba hablando con mi mejor amiga sentada en la mesa en la que habíamos cenado vi a Balde bajar por las escaleras, y inconscientemente me salió una pequeña sonrisa que borré al instante al darme cuenta.

Mi mejor amiga la había notado y me miró extrañada, pero no dijo nada.

Se me hizo aún más raro cuando vi que Balde cogía su cena y se sentaba en otra mesa solo, aunque no sabía si me había visto.

Fui a la habitación de mi mejor amiga para dormir con ella.

Ella se puso el pijama y me dejó uno a mi.

Nos tumbamos en la cama con unas mascarillas en la cara y empezamos a hablar.

-Que sientes por Balde?- me preguntó ella y yo tosí, pillándome por sorpresa la pregunta.

-Odio, eso es lo único que siento por él.- y era verdad.

-No seas mentirosa, se te nota en los ojos cuando lo ves.

-En los ojos? Pero si ni siquiera lo miro que dices.- dije y ella se empezó a reir.

Nos quedamos dormidas pronto, sin nada más de que hablar.

10:39 a.m

Me despertó el sonido de unos pájaros que había en la ventana de la habitación, mi mejor amiga ya estaba despierta, a mi lado viendo Instagram.

-Buenos días.- habló ella sonriente.

Yo no contesté porque estaba demasiado dormida aún y ni me salía la voz, sonreír fue lo único que pude hacer.

-Bajamos a desayunar?- propuso ella y yo asentí, intentando levantarme.

Conseguí levantarme y me puse mi ropa del día anterior que estaba tirada en el suelo para ir a mi habitación a cambiarme, que estaba en la planta de arriba, junto a la de Balde.

Subí y estaba todo vacío así que entré tranquilamente.

Me bañé rápidamente y me vestí.

Me puse un top blanco con unos pantalones cortos negros.

Fui a buscar a mi mejor amiga y bajamos juntas.

Desayunamos tranquilamente y ella subió a su habitación.

Yo me fui andando a dar una vuelta por las calles de Italia, quería ver más cosas nuevas.

Llevaba como media hora andando, y cuando quería volver no me sabía el camino.

Llamé a Nora y tenía el móvil apagado.

Ni muerta iba a llamar a Balde para que me recogiera, pensaría que estoy loca.

Intenté volver pero me perdí más aún.

Ya desesperada cogí el móvil, suspiré varías veces y llame a Balde, nerviosa.

-Si?- habló el moreno a través del móvil.

-Alejandro, pensarás que estoy loca pero necesito que me hagas un favor.- contesté mordiéndome las uñas.

-Loca ya sé que estás, pero no es nada nuevo, que quieres?

-Estoy en un sitio de Italia y no sé volver.

-Si no me dices donde es no puedo ir por ti.

-Y como te lo digo si no lo sé ni yo.

-Mandame tu ubicación.

-Voy.- contesté y le colgué directamente.

A los 5 minutos lo vi llegar en una moto y me quedé extrañada.

-De donde has sacado esta moto?- pregunté.

-Es mía.

Me puse un casco y me subí, lo peor es cuando me dí cuenta de que tenía que abrazarlo por detrás todo el camino para no caerme.

Lo noté sonreír aún con el casco cuando notó mis brazos alrededor de su cintura.

Ya llevábamos más de cinco minutos de camino sin hablar.

-Porque eres tan feo?- dije para molestarlo.

-Sabes que podría tirarte de la moto? No me tientes.- contestó serio.

-Mejor, me harías un favor.

-No te quejes, que he venido a recogerte cuando estaba durmiendo.

No le contesté y llegamos al hotel.

-Gracias.- dije cuando me bajé de la moto y me quité el casco.

Pero me fui antes de que pudiese contestar.

Fui directa a mi habitación, y me puse a leer el mismo libro de siempre, cuando me llegó un mensaje.
Balde

-Ona, mañana vienen mis amigos a Italia y hemos quedado para cenar en un restaurante italiano, quieres venir?

Me quedé confundida, ¿Desde cuando quería hacer planes conmigo? Con sus amigos?

Estuve un rato pensando en que contestarle.

                               -Si mi mejor amiga puede ir voy.

-Es un restaurante abierto, nadie le va a prohibir que entre.

                                        -Ok.
-Entonces vienes?
                                      -Lo pensaré.                            
-Dímelo antes de mañana por la noche.

Apagué el móvil y lo dejé en la mesita de al al lado de mi cama, procesando lo que me había dicho.

Sin darme cuenta me quedé dormida leyendo.

Cuando me desperté ya era de noche, y estaban pegando a mi puerta.

Abrí con cara de cansada esperándome a Balde otra vez, pero no, esta vez era mi mejor amiga, que venía a buscarme por que no me había visto desde esta mañana.

-Tía, Balde me ha invitado a cenar mañana con sus amigos a un restaurante italiano, y dice que vengas tu también.

-Enserio?- preguntó emocionada. - Pero, sus amigos los futbolistas? Te lo ha dicho?

-Sii.- contesté casi gritando emocionada también y me callé cuando me acordé de que Balde estaba en la habitación de al lado y nos podía escuchar.

Entramos las dos a la habitación y estuvimos un rato hablando.

Salimos para bajar a cenar, pero no pasó nada interesante, estábamos solas.
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Amor Inesperado - Alejandro Balde • Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora