Habitación +18 - Cap 25

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Narra Balde

*1 semana más tarde*

No había vuelto a ver a Ona desde el día que la vi con Pedri en los vestuarios, todavía no había podido quitarme esa imagen de la cabeza.

Tenía entreno en menos de media hora y seguía acostado en la cama, así que me levanté rápido, me lavé la cara con agua fría, me vestí y me fui.

Llegué al entreno y vi que no estaba Gavi, algo que me pareció raro porque siempre era de los primeros en llegar.

Me acerqué a mi entrenador y le pregunté que si sabía algo de él, pero me dijo que no le había dicho nada, así que le escribí.

          Gavi

                 -Hermano, estás bien? Porque no has venido hoy?    

   -Si, estoy bien, no he ido porque estoy en casa de Ona, que no se puede ni mover de la cama, está con una fiebre muy alta.

                            -Que?

En ese momento sin decir nada me fui corriendo a los vestuarios yo solo, me quité la ropa de entrenamiento y me fui.

Ya estaba Gavi allí con ella para cuidarla, pero yo también la quería ver, así que no me lo pensé y fui directo a su casa.

No me importaba si mi entrenador me sancionaba sin jugar algún partido o cualquier cosa por irme del entrenamiento, pero no me iba a quedar sin ir a ver a mi chica estando así.

Pegué a la puerta y como era de esperar me abrió Gavi.

Fui rápido a su habitación y la vi tumbada en la cama con un color de piel muy pálido.

—Que te pasa?- le pregunté al verla.

—Que haces aquí?- contestó.

—No puedo venir a verte o que?

—Creo que te dije bastante claro que no me hablaras, pero bueno, entra.

Entré a la habitación y me senté en el borde de la cama mientras Gavi también entraba y cerraba la puerta.

—Que se supone que tengo que hacer yo aquí ahora con los dos en mi habitación? - habló ella.

—A mi se me ocurren varias cosas, y creo que a Balde igual.- contestó Gavi sonriendo.

—Como que? - volvió a hablar ella sonriendo también.

En ese momento fui yo quien me acerqué rápido a su boca y la besé intensamente, algo que tenia muchas ganas de hacer desde que dejamos de hablar, sus labios me volvían completamente loco, podría estar besándola durante días y no me cansaría.

Cuando me separé Gavi hizo lo mismo, besarla, pero más lentamente.

Narra Ona

No sabía que estaba pasando, hace unos minutos estaba muriéndome y ahora estaba en mi cama con los dos, mi vida no tenía ningún sentido, era como una película.

Estaba besando a Gavi cuando noté una mano entrar por mi ropa interior, y sin ver sabía perfectamente quien era, pero me dejé.

Notaba las manos de Balde haciendo movimientos con los dedos mientras no separaba mis labios de los de Gavi y me estaba volviendo completamente loca.

Se me había olvidado hasta mi nombre, no sabía ya ni donde estaba, solo notaba diferentes bocas dándome besos por todo el cuerpo.

Me sentía mareada por todas las cosas que me estaban haciendo sentir entre los dos, era increíble.

Puse una de mis manos en la nunca de Balde y lo atraje hasta mi cara para besarlo de nuevo mientras Gavi seguía dándome besos por todas las partes posibles del cuerpo, creo que así se sentía estar en el cielo.

Les dije que se pusieran cada uno a un lado de la cama, quedando yo en medio.

Como pude, le bajé a Gavi los pantalones y la ropa interior a la vez, y después hice lo mismo con Balde.

Me puse sobre el cuerpo de Gavi mientras le daba besos por el cuello y hacía que entrara en mí lentamente, mientras que en ese momento Balde solo nos miraba cada movimiento que hacíamos, yo me movía lento pero iba aumentando cada vez más el ritmo, él tenía las manos en mis caderas y me iba moviendo como quería.

En ese momento, mientras yo me movía sobre el cuerpo de Gavi envolví una de mis manos sobre la erección de Balde, que era más que notable desde el primer beso que le di cuando llegó y empecé a hacer movimientos con ella hacia arriba y abajo.

A la vez que aumentaba la velocidad de los movimientos de mi cuerpo sobre Gavi, también aumentaba los de mi mano sobre Balde, el que por sus gemidos parecía estarlo disfrutando.

Cuando noté que Gavi había terminado, miré a Balde, que estaba con la cabeza estirada para atrás, la boca un poco abierta y los ojos cerrados, me quité del cuerpo de Gavi y me puse sobre el de Balde, pero esta vez agachándome un poco y quedando con la cabeza a la altura de su parte intima, me enredó una de sus manos en el pelo y la empujó suavemente para abajo, haciéndome notar ahora su erección casi en la garganta.

Notaba como Gavi nos miraba y ahí empecé a hacer movimientos con mi boca y lengua, mientras Balde me pasaba la mano por el pelo.

Escuchar sus gemidos, los ruidos y gestos que hacia con la cara era una de mis cosas favoritas.

Cuando lo noté terminar después de un rato subí el cuerpo quedando a la altura de su cara y besándolo.

—Ona, te puedo preguntar algo?- habló Gavi y yo asentí con la cabeza.

—Con Pedri no tienes ni has tenido nada, no?

—No, ni si quiera me gusta ni me parece guapo.

—Si eso es verdad júramelo y dime que eres nuestra.

—Solo vuestra.-contesté.

Me tumbé en medio de los dos y me tapé con la manta.

En ese mismo momento se escuchó la puerta abrirse y los tres nos quedamos mirando atentos.

Entró mi madre y se nos quedó mirando sorprendida y sin saber que decir. ¿Y quien no se sorprendería si entra a la habitación de su hija y la ve acostada con dos de los futbolistas más conocidos de España?

—Tu no tenías fiebre?- preguntó ella.

—Hemos venido a curarla.- habló Balde y yo le dí un pequeño puñetazo en la pierna mientras Gavi se aguantaba las ganas de reírse.

Mi madre no dijo nada y se salió de la habitación cerrando la puerta aún más seria que antes.

—Tu eres tonto?- pregunté a Balde casi gritando y los dos se empezaron a reír a carcajadas, pero a mi no me hacia nada de gracia, me moría de vergüenza solo de pensar en lo incomodo que iba a ser cuando tuviera que volver a ver a mi madre estando sola.

Amor Inesperado - Alejandro Balde • Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora