Entrenamiento - Cap 24

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Narra Ona

Estaban siendo días raros, no hablaba con Balde por todo lo que había pasado, pero también llevaba dos días sin hablar con Gavi, salí de fiesta la noche anterior y cuando llegué a mi casa no encontraba mi móvil y no le podía escribir, así que como sabía que estaban entrenando fui a verle.

Entré al sitio donde ellos entrenaban, saludando a su entrenador y a algunos del equipo, menos a Balde, que me vio y se me quedó mirando pero se fue por otro lado, y se lo agradecía, yo tampoco quería verlo.

Fui a buscar a Gavi, pero me paró Pedri por el pasillo de los vestuarios, donde sabía que estaba Gavi, en las duchas, porque había escuchado su voz por ahí hablando con un compañero.

—Hola guapa.- habló Pedri acercándose a mi con una sonrisa.

—Holaa.- contesté amable sonriendo de vuelta.

—Buscas a Gavi?- preguntó.

—Eh, si. Está por aquí no?

—No, no está.- contestó con una sonrisa que no me convencía mucho mientras me impedía la entrada a las duchas poniéndose delante de la puerta.

—Pero si lo he escuchado antes, déjame pasar.

En ese momento sin contestarme me cogió del brazo y lo veía serio llevándome a un sitio.

—Que haces? Donde vamos?- pregunté confundida mientras seguía andando.

En ese momento entramos a la parte de las duchas por otra puerta, donde había escuchado a Gavi antes.

—Déjame ir a buscar a Gavi, se va a ir sin saber que estoy aquí.

—Tranquila, se está cambiando, y ahora tenemos una pequeña charla con el entrenador para el partido de mañana, no se va a ir.

—Y? Porque no puedo ir a buscarlo? Porque me tengo que quedar aquí?- pregunté aún confundida cada vez entendiendo menos lo que estaba pasando.

En ese momento Pedri me pegó a la pared que tenía detrás y estampó sus labios con los míos muy intensamente, no me lo esperaba para nada, pero por alguna razón no podía separarme. Nuestras lenguas se movían a la vez, aumentando la intensidad del beso por segundos, nunca me hubiera imaginado que besara tan bien.

Me separé cuando me estaba quedando sin aire y escuché unos pasos, abrí los ojos, miré al frente y vi a Gavi y Balde parados mirándonos con la boca abierta, sorprendidos, y yo también lo estaba, no sabía que acababa de pasar.

Me empecé a enrojecer de la vergüenza mientras ellos seguían igual, sorprendidos, se le notaba más a Balde, quien aparte de sorprendido se le notaba también enfadado.

No sabía que hacer, solo quería desaparecer, no sabía que decir, seguía sin asimilar lo que había pasado.

Pedri también se puso rojo y sin decir nada salió de los vestuarios solo mirando hacia el suelo.

Solo de ver las caras de Gavi y Balde me entraron ganas de llorar, sabía que eso les podía haber hecho daño, pero yo no lo había hecho queriendo, y ahora me sentía muy mal, por los dos.

—No es lo que parece, yo no quería...- intenté hablar sin llorar pero no me dejaron terminar la frase y se fueron los dos enfadados.

No sabía que hacer ahora, solo sabía que tenía que hacer algo porque no quería perderlos a los dos por culpa de Pedri.

18:57 p.m

Había pasado el resto del día en mi casa sola pensando en lo que había pasado y buscando soluciones.

Narra Balde

No me podía creer lo que había visto, ¿Con Pedri ahora enserio? ¿Que hacía mal?

¿Le conté ayer lo que me pasaba y me intentó ayudar y ahora hace esto? ¿Porqué? No entendía nada, no tenía sentido.

Ya me había quedado claro que está chica no quería a nadie, no quería nada serio, y cada vez se le notaba más.

Ya no sabía con quien podía hablar del tema, solo tenía a Pedri y también me había fallado,  y yo no podía parar de preguntarme ¿Que hago mal en la vida? ¿Porque me pasa todo esto a mi?

Narra Gavi

Me sentía decepcionado por parte de Ona, aunque también por Pedri. ¿Porque habían hecho eso? ¿Y porque en los vestuarios de donde entrenamos? ¿Que hacía ella allí, habría ido a verlo a él?

No podía parar de hacerme preguntas y de sobre pensar todo, se me pasaba lo peor por la cabeza, se que a Balde también le gustaba ella y estaría igual que yo así que le escribí.

Balde
              -Hermano no le hagas caso, no merece la pena, no sabe lo que quiere, ya encontrarás alguna chica que si sepa valorarte.

-No quiero a otra chica, la quiero a ella.

                 -Ya, y yo también, pero si no se decide no podemos hacer nada, ella es así, no sabe estar en una relación.

-Sé como es, la conozco desde hace 3 años, y créeme que haré todo lo posible por volver a hablar con ella, aunque sea como amigos.

                   -Cualquier cosa dime, te puedo ayudar.

-Pero si a ti te gusta también, porque me ayudarías en eso?

                  -Porque sé lo mucho que te gusta y quiero que seas feliz, y si lo eres con ella yo también lo estoy.

En ese momento dejé el móvil encima del sofá y me levanté, yo tampoco sabía porque iba a hacer eso, pero prefiero ver a mis amigos felices que sufriendo por una chica, por mucho que a mi me guste.

Amor Inesperado - Alejandro Balde • Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora