¿Olvidarla? - Cap 23

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Narra Balde

Llegué a mi casa después de haber estado en aquella playa con Aina, sabía que Ona nos había visto, porque yo también la vi a ella con Gavi, y por un lado podía llegar a entender su enfado, pero no podía decirme nada, porque ella hacía lo mismo, estaba cada día con uno, yo me sentía muy confundido, así que lo primero que me salió hacer fue ir con Aina allí, pero cuando llegué solo a mi casa después de leer los mensajes de Ona lo primero que hice fue bloquear a Aina de todos lados, sin decirle nada, me daba igual el contrato, me daba igual todo, pero no quería perderla a ella, aunque lo más seguro era que yo no le gustara, pero ella a mi sí, y mucho, pensaba en ella cada segundo del día siempre, y ahora estaba intentando cambiar y pensando que podía hacer para volver a hablar con ella.

Subí a mi habitación y me metí en la cama, cubriéndome la cabeza con la sábana y insconcientemente empezaron a caerme algunas lágrimas de los ojos, pensando en muchas cosas que me pasaban por la cabeza, hasta que conseguí quedarme dormido.

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9:24 p.m

Tenía entreno, pero no iba a ir porque no estaba nada bien mentalmente, no podía parar de pensar en todo lo que había pasado, y en pensar que nunca seríamos nada, porque a ella le gustaba Gavi y yo no podía hacer nada para cambiar eso.

Entré a Instagram y vi que Gavi había subido una historia, pensé en si verla o no, pero finalmente acabé entrando, cosa que no tendría que haber hecho.

Entré a Instagram y vi que Gavi había subido una historia, pensé en si verla o no, pero finalmente acabé entrando, cosa que no tendría que haber hecho

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Esa foto me destruyó aún más mentalmente, y las lágrimas se me volvieron a salir.

En ese momento me llegó un mensaje de WhatsApp.

Gavi
-Hermano, no vienes al entrenamiento hoy? Te pasa algo?

-No tranquilo, solo no me encuentro muy bien, me duele un poco la cabeza.

-Quieres que vaya a verte después?

-No hace falta.

-Bueno, cualquier cosa dime.

Solté el móvil en la cama y fui al baño a lavarme la cara.

Había estado gran parte de la noche llorando y tenía unas ojeras más grandes que mi cara.

Estuve un rato haciendo cosas que me gustaban para entretenerme un poco, llamé a Pedri, ya que él no entrenaba porque estaba lesionado, solo para desahogarme, necesitaba hablar con alguien.

Estuvimos hablando por llamada un rato, pero finalmente fui a su casa para hablar mejor con él.

Pegué a su puerta y me abrió al segundo, sin decir nada le abracé, lo necesitaba, necesitaba un abrazo de alguien, no lo estaba pasando nada bien.

Nos sentamos en su sofá y empezamos a hablar de lo que me estaba pasando, ya le había explicado un poco antes por teléfono.

—No puedes hablar con ella de ninguna forma y explicarle lo que te pasa? Seguro que te entiende. - habló Pedri.

—Me tiene bloqueado de todos lados, y en persona me ha dicho que no me quiere ni ver, es imposible, supongo que tendré que olvidarme de ella.- contesté.

—Pero si la amas no vas a poder olvidarla, intenta primero hablar con ella en algún momento, y según lo que te diga ya buscaremos alguna solución.

—Vale, muchas gracias hermano, me voy a mi casa, ya nos veremos.

Lo abracé de nuevo y me fui.

Pensé en ir a mi casa, pero no pude, sabía que no iba a estar tranquilo hasta que no pudiera hablar con ella, así que fui a su casa, con miedo de que estuviere con Gavi.

Pegué a su puerta sin saber si me iba a abrir, estuve un rato esperando, hasta que finalmente se abrió la puerta.

Pero no era ella, fue Gavi quien me abrió.

En ese momento se me congeló el cuerpo y solo tenía ganas de llorar de nuevo.

—Está Ona verdad?- pregunté conteniendo las lágrimas.

—Si, está arriba.

—Puedes decirle que baje por favor, tengo que hablar con ella.

En pocos segundos la vi a ella bajar las escaleras con Gavi.

Ona le dio un pequeño beso y luego él se fue solo a la habitación.

Me quedé congelado de nuevo sin saber que hacer o decir.

—Que quieres?- preguntó ella seria.

—Solo quería hablar contigo de una cosa.

—Pues venga, dime.

—Pero, aquí? En la puerta? - pregunté confuso.

—Si, no pienso dejarte pisar mi casa más. Dime ya lo que sea.

En ese momento se me quitaron las ganas de decirle lo que quería por como me estaba hablando, pero tenía que hacerlo.

—Porque Ona? Porque me haces esto?- finalmente pude hablar bien.

—El que?- preguntó aún sería.

—Porque no te decides y me dejas de confundir? No te das cuenta del daño que haces? Si te gusto porque cada día estás con uno?

—No me gustas Alejandro, nunca me has gustado, entiéndelo, ni si quiera sé porque te dije que te quería aquel día, tú y yo no podemos ser nada, recuerda como me has tratado todos estos años, no se como ha pasado todo esto estos meses, pero no puedo seguir haciéndote ilusiones, no quiero nada contigo y nunca lo voy a querer, déjame vivir en paz de una vez, por favor.

Esas palabras se clavaron profundamente en mi como si fueran cuchillos en mi corazón.

Escuchar a la única chica que quería en mi vida decir eso, por la cual he estado dando todo lo que podía por llevarme bien con ella podría ser una de las cosas más dolorosas que he escuchado nunca, si no es la que más.

Me sentía totalmente usado, me sentía la peor persona del mundo.

Yo realmente había cambiado, ya no era el Alejandro que conoció que la acosaba en clases, ahora era un chico que intentaba tener una buena relación porque me había dado cuenta de lo que realmente sentía por ella, pero no lo notaba.

Me daba igual si era de amistad, si no podíamos ser nada, con poder tenerla a mi lado aunque fuera como amigos me conformaba, pero ella parecía que no me veía de la misma forma, así que me tocaría cambiar mis sentimientos por ella y aceptar que nunca íbamos a ser nada, y que ademas le gustara mi mejor amigo, dolía muchísimo todo esto.

Amor Inesperado - Alejandro Balde • Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora