Vestido - Cap 17

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Narra Ona

Me desperté en casa de Gavi, él seguía dormido.

Todavía estaba procesando lo que había pasado ayer, ¿Como había entrado? ¿Quien le había abierto? No entendía nada.

Hacia un poco de frío ese día así que como Gavi había dormido sin ropa lo tape un poco, me vestí y bajé a ver quien había despierto.

Encontrándome a su madre y hermana desayunando.

Les sonreí amablemente y me acerqué a ellas.

—Buenos días guapa.- habló la hermana.

—Buenos días.- contesté sonriendo.

—Siéntate aquí si quieres, quieres desayunar algo?- preguntó su madre.

—No gracias, no tengo hambre.

Me senté en el sofá al lado de ellas y cogí un momento él móvil para mirar si tenía mensajes nuevos.

—Oye y como te llamas? No se si me lo has dicho pero no me acuerdo.- preguntó la hermana.

—Me llamo Ona, y tú?

—Yo Aurora.

—Te puedo preguntar algo?

—Si, claro.- contesté.

—Te gusta mi hermano verdad?

La pregunta me pilló por sorpresa, era lo que menos me esperaba que me preguntase.

Me quedé un rato callada pensando, ni yo sabía lo que sentía por él.

--Bueno, es muy guapo y me trata muy bien, pero no sabría decir si me gusta o no, ni yo misma lo sé.

—Buenos días.- se escuchó cerca una voz ronca bajando las escaleras.

Miré para el frente y vi a Gavi acercándose a nosotras, despeinado, con cara de dormido y sin camiseta.

Con solo ver esa imagen no se como no me había caído ahí mismo.

Miré a otro lado cuando Aurora se estaba riendo y me di cuenta de que me había quedado mirándolo fijamente.

Se acercó a mí y me dio un pequeño beso.

Aurora nos miraba confundida.

—No decíais que erais amigos?

—Lo somos.- contestó Gavi riéndose.

—Los amigos no se besan.

—Y porque no? Quien me lo impide?

—Tu la has visto bien? Siendo así de guapa y estando así de buena como quieres que me aguante las ganas de besarla, es imposible.- dijo él y yo me reí, pasándole un brazo por la espalda.

16:45 p.m

Estaba sola en mi casa leyendo un libro, cuando me llegó una llamada y miré el móvil a ver quien era.

                  Balde

—Que quieres?- pregunté.

—Arréglate, en cinco minutos estoy en tu casa.

—Para qué?

—Tu solo arréglate.

Le hice caso y me levanté de la cama, me puse mis pantalones y camiseta favoritos y me maquillé un poco.

Amor Inesperado - Alejandro Balde • Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora