¿Pablo? - Cap 27

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Narra Ona

—Ona, tienes que venir rápido a casa.- fue lo primero que escuché al coger la llamada de mi madre al despertarme.

—Que pasa?- pregunté confundida.

—Tu solo ven arréglate un poco pero no mucho.- fue lo último que escuché antes de que me colgara y yo me levanté a lavarme la cara porque estaba aún medio dormida y a vestirme.

Me puse lo primero que encontré por el armario y salí de casa sin si quiera desayunar, tenía curiosidad de saber el motivo de las prisas de mi madre por verme.

Una vez llegué pegué a la puerta y me abrió al segundo después, quedándome yo sorprendida por la rapidez, era como si hubiera estado todo el rato esperándome detrás de la puerta.

—Que querías?- pregunto.

—Entra y te explico.- contesta mi madre apartándose de la puerta.

Nos sentamos en el sofá y la miro impaciente por que hablara.

—Verás, hoy vienen tus primas y tus tíos a casa y quería que les preparáramos una pequeña sorpresa, ya sabes, como solo vienen una vez al año hay que recibirlos bien. Puedes decirle a Balde que venga también si quieres.

—A Balde? Porque? Mamá, él no me gusta, acéptalo, si viene alguno será Pablo. Además, yo con Balde ni hablo.- mentí un poco en lo último.

—Segura?- pregunta.

—Si, porque?

—No, nada, si tú lo dices.- dice ella mirándome con una expresión rara.

—Mientras yo preparo esto con algunas cosas que he comprado puedes irte si quieres.

—Les escribiré a mis amigas por si quieren ir a comprar ropa.- contesto mientras enciendo mi móvil y entro a Whatsapp al grupo que tengo con ellas.

Cuando contestaron todas y dijeron que si podían me levanté del sofá y fui a casa de una de ellas donde nos reuniríamos todas para ir juntas a las tiendas.
• • •
Cuando ya todas nos habíamos comprado todas las cosas posibles fuimos a una cafetería para ponernos al día con todas las cosas de las que teníamos que hablar por el tiempo que hacía que no nos veíamos.

Estuvimos un rato hablando y tomándonos el café tranquilas hasta que una de ellas me preguntó algo y yo casi me atraganto.

—Bueno Ona, cuéntanos, que estás muy callada, que tal con Pablo?

—Bueno, normal, como siempre, podemos hablar una semana sin parar y luego estar un mes sin vernos ni saber nada de nosotros, estoy muy confundida la verdad, me gusta mucho, porque me trata demasiado bien y me siento muy cómoda estando con él pero también Balde me hace sentir lo mismo, aunque no tanto.

—Si tuvieras que quedarte con uno de los dos ahora mismo y al otro no hablarle más con quién te quedarías?- pregunta otra de mis amigas.

—Con Pablo, sin duda, lo veo más capaz de serme fiel, a Balde le gusta estar con una chica nueva cada semana y todas quieren con él, no sé si soportaría tantos celos.

—Si, yo las pocas veces que te he visto con Gavi se nota desde lejos que te quiere más, o que le gustas más.

—Ya, ojalá algún día podamos llegar a ser algo serio, no creo encontrar a otro como él.
• • •
Después de casi dos horas hablando de nuestras vidas me llamó mi madre para que volviera a casa porque no faltaba mucho para que llegaran mis tíos, ellos vivían en Valencia, y casi nunca podían venir a visitarnos, ya era mucho si podían venir una vez al año.

Llegué a la casa y me maquillé un poco, ya que esta mañana con las prisas no me había dado tiempo.

Me puse algunas cosas nuevas que me había comprado y bajé al salón para darle la sorpresa a mis tíos que estaban por llegar.

En ese momento sonó la puerta y fui a abrir emocionada, tenía muchas ganas de verlos.

Nos saludamos entre todos sin soltarnos en abrazos y cuando entraron recordé que no había avisado a Gavi para que viniera y fui a por mi móvil que estaba tirado en mi cama.

Le escribí pero no contestaba y ni si quiera le llegaban los mensajes así que lo llamé.

Después de siete llamadas sin respuesta me rendí y pensé que lo mejor sería ir a buscarlo a su casa, así que eso hice, bajé, avisé a mi madre de que ahora volvía y me fui.

Por suerte yo tenía una copia de las llaves de la casa de Gavi, si no sería imposible.

Entré y no vi a nadie en el salón, por lo que pensé que no estaba en la casa, hasta que escuché unos ruidos que venían de la habitación parecidos a unos gemidos de chica.

Me quedé paralizada por unos segundos, quería subir para ver si era solo cosa de mi imaginación, y si era verdad? tenía que asegurarme, así que subí a la habitación sin hacer ruido, pero con el corazón más acelerado que nunca.

Una vez arriba me pregunté si era lo mejor abrir la puerta, pero por un segundo deje de pensar y la abrí rápido.

Viendo exactamente lo que esperaba, Gavi en la cama con otra chica, morena de ojos claros, era la peor imagen que podía haber visto en mi vida.

En ese momento los ojos automáticamente se me llenaron de lágrimas sin dejarme hablar y decir todo lo que se me pasaba por la cabeza.

El corazón se me rompió en pedazos, sobretodo recordando lo que había hablado de él horas antes.

Gavi sorprendido sin saber que hacer o decir y la otra chica con rostro enfadado.

—No me habías dicho que tenías novia.-habló la morena confundida.

—No soy su novia. Y no me vuelvas a hablar en tu puta vida, Pablo.- dije hablando como podía y saliendo de la habitación dando un portazo conteniéndome los litros de lagrimas que querían salir de mis ojos mientras bajaba las escaleras corriendo.

--Espera!- escuché la voz de Gavi gritando corriendo detrás de mí ya con la ropa puesta y empecé a andar más rápido para que no me alcanzara, no podía ni mirarlo a los ojos.

—Ona, por favor, escúchame.

--Pensaba que me querías.-hablé yo esta vez.

—Y te quiero, mucho más de lo que crees.

—Si, se nota.- contesto irónicamente.

—Tu si puedes estar con Balde cuando quieras pero yo no puedo estar con otras?

—Joder, Pablo, me estaba enamorando de ti , yo si quería algo más contigo, pero ya veo que no te importo nada.- hablé y a él también se le empezaron a cristalizar los ojos.

—Por favor, perdoname, Ona, yo solo te quiero a ti.

—Ya lo veo. Y ahora hazme el favor de no volver a hablarme, me duele pero no quiero verte más, no te veía capaz de hacer esto.-hablé por última vez y me fui sin poder parar de llorar dejando a Gavi atrás.

Amor Inesperado - Alejandro Balde • Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora