EN NOMBRE DEL AMOR // JENLISA // (JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 27: MALOS ENTENDIDOS

El sol apenas se empieza a asomar por los techos de Cadsmorie. Kim Chaewon, enfermera de los Manobal, llega a iniciar su turno a un cuarto para las seis cuando una conocida silueta se viene acercando a paso débil en su auxilio.

—Chaewon...

—¡Lisa, por Dios!

La pelinegra viene empapada de pies a cabeza, con raspones enormes en sus brazos y piernas que se alcanzan a ver a través de su raído pantalón, y en un estado de ebriedad que se nota en su caminar y su olor; su moto no está tan mal como su dueña, pero sí se distinguen los golpes y rayones de una caída fatal.

Llegando hacia donde está su amiga, se va al suelo con moto y todo, a lo que Chaewon acude en su auxilio ayudándola a ponerse de pie.

—¿Estás bien?, ¿de dónde vienes?

—Estoy bien —se pone de pie—, solo me siento un poco mareada, ayúdame a levantar la moto.

Chaewon asegura la moto en el jardín, mientras Lisa camina como puede hacia la cocina. La enfermera le pasa un par de aspirinas en un vaso de agua que la pianista bebe de un sorbo.

—¿Lisa, qué te pasó?

—No quiero hablar sobre eso.

—Ve cómo estás, esa herida en tu pierna necesita puntos y hasta muletas, estás toda mojada y ebria...

—Cúrame y vete, te doy el día libre.

—¡Nada de eso! —suspira con enojo—. Si tú apenas llegas, supongo que no te viste con Jennie.

—Me canceló a último momento —se dirige a su habitación con Chaewon y su botiquín detrás—. Lo dejamos para hoy y ahora seré yo quien deba cancelarle para que no me vea así.

—¿Te canceló?

—Dijo que le dolía la cabeza.

Chaewon detecta de inmediato que pasa algo raro.

—A Jenn no le dolía la cabeza, Lisa, ella estuvo conmigo aquí toda la noche esperándote.

—¿Qué dices?

—Tienes que hablar con ella —se dirige hacia el balcón.

—¡Alto ahí! —se pone de pie con un gesto de dolor, y aparta a su amiga de lo que está a punto de hacer—. Mejor que Jennie piense que la dejé plantada a que me pida explicaciones por verme así, déjalo estar.

—No es justo para ti ni para ella que dejes que se arruinen las cosas por tu orgullo.

—Si llamas a esa ventana te despido.

Ambas se lanzan cuchillos con la mirada. Chaewon se piensa mejor lo que hará, y toma su decisión.

—¡Jenn!, ¿estás ahí?

Lisa vuelve cojeando a su cama y se recuesta con enojo.

—¡Jenn!

—¿Chaewon?

Una somnolienta Jennie se asoma por las cortinas.

—¿Está todo bien?

—Lisa está aquí, está herida.

No necesita decir nada más para que la chica salte por el balcón y se quede petrificada al ver el estado en que se encuentra su novia.

—Después de suturarte la pierna recogeré mis cosas.