EN NOMBRE DEL AMOR // JENLISA // (JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 52: LO QUE ME ATORMENTA

Conoce ese lugar... Por mucho tiempo fue allí donde consiguió lo que la ayudaba a olvidar, lo que la ayudó a soportar los sentimientos que desataba una simple nerd desabrida que nada tenía de especial. Está más oscuro de lo que recuerda, y solitario... ¿Quiénes son aquellas personas? Las conoce, pero no las reconoce, hay algo diferente en sus caras, lucen... poseídos; sus cabezas tienen cuernos, y las expresiones de sus rostros son lascivas y burlonas, ¿acaso se están riendo de ella?; ¿qué es tan gracioso?

El lugar se vuelve cada vez más angosto y Lisa debe correr. La melodía de fondo no sabe cuál es, suena a que algo oscuro se avecina, como una persecución... ¿Qué están esperando todos esos demonios a su alrededor?

¡Ahí está! Es su patrón; sus ojos son tan verdes como el veneno que desprende de su lengua filosa, sus manos son aún más grandes, y sus expresiones aún más lujuriosas... ¿Por qué está tocando a Lisa? Quiere que se detenga, le está haciendo daño.

—Por favor... por favor...

Pero ese demonio no habla su idioma, y si lo habla decide no escucharla, no ayudarla, no detenerse; sus garras le están haciendo daño en el cuerpo, su fuego entrando y saliendo arde, quema como puñales, intenta liberarse con todas sus fuerzas, pero los demás espectros se lo impiden, son más, son más fuertes.

—Basta, por favor... por favor...

—Déjenme algo a mí...

—No... por favor...

—¿Lisa?

—Me están haciendo daño, mamá...

—¡Lisa!

—Diles que paren... diles que me duele, mamá...

—¡Auxilio, alguien que me ayude!

—¡No me toquen!; ¡ya no quiero que me toquen!

Rosé está aterrada de ver a Lisa tan alterada. Llora y lanza puños y patadas al aire con fuerza, sus pesadillas jamás han sido así, ella siempre ha podido despertar a tiempo, pero no esta vez, el sudor la baña de pies a cabeza y tienen que sujetarla entre cuatro personas para inyectarle algo que la tranquilice.

—¿A dónde se la llevan?

—A la enfermería, estará bien.

—Mi amiga no está loca, solo son sus pesadillas.

—Estará bien, Rosé, esperaremos a que se le pase el efecto de la inyección, y a ver cómo sigue.

—Yo voy con ustedes.

Lisa se despierta como a las tres horas, está a punto de formar un escándalo completamente desorientada, pero se tranquiliza al ver a Rosé durmiendo en una silla junto a ella.

—Rosé —la mueve sin resultado—. ¡Rosé, ¿qué carajos hago aquí?! —la sacude con más brusquedad logrando despertarla.

—¡Mi amiga no está loca! —exclama de repente.

—Aquí la loca es otra —le da un zape—. ¿Qué demonios pasó?

—Te entró el espíritu de Freddy Krueger, y como no te despertabas, tuvieron que inyectarte como a los locos. De no ser por mí hasta te amarran a la cama y todo como en las películas, parecías poseída por Satanás.

—¡Pues alabado sea Satán! —dramatiza—, vámonos de aquí.

—¡Ay Lisa, con eso no se juega!