II. Capitulo 11

379 19 5
                                    

Sentada en la cama del hotel, Susie me limpia las lágrimas, me hace beber un poco de agua y acaricia mi mejilla.

-No es sano -dice-. Es horrible lo que viste, le puede hacer daño a tu bebé.

-Susie -la miro-. No lo entiendo, no comprendo nada.

-Mira, siento que está bajo una presión muy grande que no tiene salida, pero quiere que estés a su lado -me mira-. Te ama, de eso no lo dudo, pero debes alejarte.

-Estoy embarazada, Susie -digo.

-Dime, ¿sabes cuánto tiempo debes soportar así?

Sacudo la cabeza. Alguien toca la puerta.

-Por favor, déjame explicártelo -dice Charles tras la puerta-. Por favor.

-Dile que se vaya -dice Susie-. No es justo.

Abro la puerta, Charles entra y al ver a Susie frunze el ceño.

-Te lo puedo explicar -dice.

-Charles, estás embarazada, es mejor que te vayas -dice Susie-. El estrés es malo para el embarazo.

-Por favor, escúchame -dice desesperado-. Sabes que yo...

-Charles -mi voz es ronca-. Siempre es lo mismo, esto no tiene fin.

-Sí, sí lo tiene -me ruega.

-Charles -dice Susie-. Es mejor que te vayas, busques una buena excusa y regreses cuando se sienta mejor.

-Susie, te respeto mucho, pero esto es un asunto personal.

-Un asunto personal que afecta su trabajo, su ambiente y a su bebé -dice Susie molesta-. ¿Te has puesto a pensar en eso?

Charles me mira con los ojos llorosos.

-Volveré para hablar contigo -dice-. No pienses que eso fue verdad.

Susie rueda los ojos, Charles se acerca a mí, pero doy un paso hacia atrás. Sale por la puerta. Susie se levanta.

-Iré por algo para que te calmes, ¿sí?

-Tómate un baño y luego habla con él.

Hago lo que Susie me pide, me trae unas pastillas para calmarme y me deja recostarme un rato.

-Debo ir a mi habitación, pero vendré más tarde, hablaré con Toto por lo de la cena -dice-. Le diré al personal que te suban la cena.

Asiento, Susie me mira con cariño, como cuando una madre quiere cuidarte.

-Gracias, Susie.

Cuando Susie se va, marco el número de Frank. Unos minutos después llega a mi habitación y al verme me envuelve en sus brazos.

-Oh, cariño -dice-. No puede ser verdad.

-Frank, estoy muy cansada -digo-. No ha cambiado nada.

Frank me limpia las lágrimas.

-Debes alejarte de él -dice-. Al menos hasta que se encuentre una solución.

-No lo sé -digo-. Me duele demasiado.

Frank se acurruca conmigo mientras me acaricia el cabello. Unos minutos después, a regañadientes, me hace comer.

-¿Me puedo quedar aquí contigo si quieres?

Alguien toca la puerta, es Charles. Frank abre la puerta, lo mira con odio.

-Estaré en el pasillo -dice.

Charles entra y camina hacia donde estoy en la cama. Aún lleva el sweater de Ferrari y un pantalón rojo, se quita la gorra y se sienta en la cama.

-Me besó -dice-. Jamás la besaría.

250 Km Charles Leclerc y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora