III. Capitulo 20

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-No puedo creer que después de todo este tiempo me hayas hecho eso.

-Toto, te juro que no sabía de eso -digo-. Me despidieron, luego supe lo del mutuo acuerdo.

-¡Sí sabías! -dice molesto-. Charles te lo tenía que haber dicho.

-Toto -me acerco a él, pero retrocede.

-Para agregar más, tú también nos dejaste -dice herido-. Yo sí te quería.

Mis ojos se llenan de lágrimas.

-¿Vas a llorar? -pregunta gruñendo-. Te abrí las puertas de Mercedes.

-Pero es Ferrari y mi sueño era con Ferrari.

-Entiendo que para ti yo no fuera un sueño -dice-. Te consideraba una hija.

-Toto -sollozo-. Por favor entiende, tengo una familia. ¿Tú no harías eso por tu familia?

-¿Por qué debes ser tú la que se sacrifica? -se acerca-. ¿Qué ha hecho Charles para protegerte?

Sacude la cabeza frustrado. Toto mira al vacío y se ríe incrédulo.

-No esperaba eso de ti -dice-. Ahora tengo que perder a un piloto en medio de una temporada y también a la jefa de comunicaciones, genial.

-Toto, estoy muy agradecida por todo -me limpio las lágrimas-. Pero no puedo desaprovechar esta oportunidad de hacer lo que me hace feliz.

Toto me mira, se sacude el cabello, frustrado y lleno de ira, y se deja caer en la silla.

-No estuvo cuando estabas en la sala de parto -dice-. Estuvo Susie, Carlos y yo.

- Lo sé, Toto - Porque yo lo quise así y eso jamás se me va a olvidar.

- Se levanta, se acerca a mí. Me da un beso en la frente, cierro los ojos.

- Jamás te lo voy a perdonar, considérame fuera de tu vida.

-Charles baja las escaleras y al verme ahí parada, tan frágil, se acerca a mí y me abraza. Me rompo en llanto mientras él me abraza. No tener a Toto en mi vida era como no tener a mi padre. Mamá se cruza de brazos en la cocina, y después me abraza. Charles toma al pequeño y sale a dar un paseo con él. Mamá me limpia las lágrimas.

- Sé que lo admiras mucho - dice. - Habla con Susie a veces desde la ira decimos cosas que no queremos decir.

- No quiere saber de mí - digo. - Mama, Toto y Susie estuvieron en momentos que nadie estuvo.

-Mama me abraza, me acaricia el cabello y me besa la cabeza.

- Tranquila hija, todo va a pasar, ya se va a solucionar.

Dos días después mi Mercedes clase G está  siendo removido de la casa de Charles. Charles observa de brazos cruzados cómo es montado a la grúa. Se acerca a mí y hace un puchero.

- Ferrari es mejor - me da un beso. - No te preocupes, haremos lo posible por traer aquí tu ferrari qué está en Italia.

- Charles le tenía cariño al auto - digo. - ¿Por qué no me lo puedo quedar?

- Porque Toto está molesto - dice - Es mejor evitar molestarlo de nuevo o hacerlo enojar más entregando tu Mercedes.

Sacudo la cabeza, Charles me toma de la mano y entramos a casa. El pequeño Charles en brazos de mi madre sonríe mientras mi madre le hace muecas. Charles y yo nos sentamos un rato en la terraza. Él ojea algunos papeles sobre la revista.

- ¿Quieres que se publique esa revista?

- Se tendrá que trabajar de nuevo el próximo año - lo miro - No creo poder dirigirla directamente.

250 Km Charles Leclerc y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora