Es estremecedor, siento dolor en todo mi cuerpo y un fuerte dolor de cabeza se apodera de mí. Abro los ojos lentamente, pero los cierro al sentir un fuerte dolor en mis costillas. Charles está sentado en una silla con la cabeza apoyada sobre el colchón de mi camilla. Verlo ahí, tan dormido, acelera mi corazón. Cierro los ojos al recordar todo lo que pasó la noche anterior. Con mucha cautela, acaricio los mechones de su cabello y poco a poco se despierta.
-Charles -digo adormecida.
Levanta la cabeza confuso y al verme, se levanta, me mira y sostiene mi cara en sus manos.
-Amor, ¿despertaste? -dice. ¿Cómo te sientes?
-Muy adolorida -digo.
Acaricia mi mejilla y me mira con nostalgia, sus ojos se humedecen. Me da un tierno beso en la frente.
-Llamaré a la doctora -dice. No te muevas.
Unos minutos después, una doctora alta y rubia aparece detrás de Charles. Una enfermera me examina y le informa a la doctora sobre mi estado.
-Bien -dice. Fuiste sometida a una cirugía para sacar la bala.
-Dios -digo. ¿Está todo bien?
-Afortunadamente estás bien -dice. No tocó ningún órgano y llegaste a tiempo.
Asiento, Charles me mira preocupado. La doctora sale de la habitación y Charles se acerca a mí.
-Dafne -dice tomando mi mano-. Ha muerto.
Cierro los ojos al escuchar lo que ha dicho, miro hacia un lado tratando de sentir un poco de compasión por la persona que casi me mata, por aquella que casi me robó a mi bebé. Sacudo la cabeza un poco frustrada porque, aunque Dafne era mi pesadilla, no quería verla morir así. Charles, al verme, me besa las manos y acaricia mi cabello.
—Se acabó —dice Charles—. Estás bien.
—De todas formas resultaron personas heridas. ¿Cómo está Sofi?
—Se ha fracturado el brazo, pero está bien.
Charles me mira y yo tomo su mano; él la besa y sonríe.
—Estaba muy asustado —dice—. Pensé lo peor.
—Charles, perdóname por no decirte nada, temía por Sofia.
—No te preocupes —dice—. Recuperé los relojes y lo más importante es que mi prometida está bien.
Sonrío y al hacerlo algo me duele, su boca se acerca a la mía y me da un beso lleno de amor.
—Mamá está aquí —dice—. Ha traído al pequeño Charles.
—¿De verdad?
Asiente.
Pascale se asoma con mamá por la puerta y al ver a mi pequeño no puedo evitar sentir un poco de nostalgia al verlo, Charles lo toma en los brazos y lo acerca a mí. Al verme, balbucea feliz queriendo ir a mis brazos.
—Mami aún no te puede cargar —dice Charles—. Hay que cuidar a mami.
Con una sonrisa, beso la cabecita del pequeño que duerme entre nosotros. Charles y el bebé están conmigo, disfrutando de este momento juntos. Pasan unos minutos tranquilos antes de que Charles salga con Pascale para disfrutar de un baño. Mamá se acerca a mí con preocupación en sus ojos.
-¿Estás bien, tesoro? -me pregunta.
-Estoy bien, mamá -respondo-. Ya pasó.
-Me asusté mucho -dice con un suspiro-. No quiero que te pase nada.
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250 Km Charles Leclerc y Tu
RomanceTu, una periodista apasionada por el automovilismo, recibe una emocionante oportunidad profesional al ser asignada para trabajar con la prestigiosa escudería Ferrari en una revista especializada. Con gran entusiasmo, se sumerge en el fascinante mund...