𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❝제니 리사❞
𝐑 | Donde Jennie es roommate de Rosé y esta tiene una "hermana", que en realidad es su novia. Y a Jennie le gusta.
«Lo siento, Jennie. Pero Lisa en realidad es mi novia»
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[...]
Sinceramente, Jennie no entendía que estaba sucediendo, ni porqué Lisa iba en dirección contraria al taxi que se supone las esperaba para llevarlas a su hotel. Nada más la vio parada fuera del aeropuerto yéndose sin mirarla un segundo.
Su ceja se alzó confundida. Miró al hombre que tecleaba dentro del auto y al número del taxi. Ese era su taxi, pero ni Lisa ni el conductor se dieron cuenta de su presencia.
—Jen, ¿qué haces ahí parada? Vamos —la llamó desde la distancia en la que estaba, alzando la voz un poco para que lograra escucharla, a la par en la que se despedía de un hombre del que la castaña no tenía idea, al que vio cómo le dio unas llaves. Jennie señaló el taxi, preguntándole psíquicamente a Lisa a dónde es que iba.
Sin decir palabra alguna, Lisa señaló el auto a su costado derecho, dándole a entender que es al que se subirían.
Jennie caminó sin dejar de mirar el tremendo auto que tenía ante sus ojos. ¿De dónde había salido? Aunque había algo que olvidaba con rapidez y era que su novia provenía de una familia demasiado adinerada.
—¿Te gusta? —pregunto Lisa, abriendo el maletero y subir sus cosas, librándose de ellas una vez por todas—. No te había dicho nada, pero hice el arreglo a unas cuantas cosas y eso era la comodidad para trasladarnos en la ciudad. Y también nuestra estadía en nuestro hotel.
—Me gusta mucho... sólo, me sorprendí, es todo —sonrió, dejando la mochila negra que colgaba en su hombro, cerca de las maletas de Lisa —. ¿Alguna otra sorpresa que me quieras comentar?
—Mhm —pensó un segundo—. Por el momento no, pero más adelante quizá haya unas cuantas, no lo sé —le sonrió una vez acomodó todo dentro del auto y la tomó de la cintura acercándola a su cuerpo para alcanzar sus labios y unirlos en un delicado beso.
El primer beso en París, todo un sueño.
. . .
Caminar dentro de un hotel de lujo, del que nunca pensó poner pie alguno en su vida, parecía una ilusión muy bien hecha. Las paredes, los pisos, cada arreglo floral o los candelabros en el techo con la iluminación más linda que pudo haber visto, era lo más asombroso que haya visto.
Parecía aquella niña pequeña a la que le mostrabas maravillas nuevas y no dejaba de mencionar lo increíble que era el lugar y así parecía ella justo en esos momentos, en el que llegaba al lado de su novia, quien se había adelantado unos minutos antes para obtener la tarjeta que les permitiría acceso a su habitación.
—La universidad se emocionó con la elección, no pensé que sería tan lujoso —comentó maravillada al ver a su alrededor. Pinturas colgaban de las paredes, bellísimas obras de arte, y unas de la razones por las que aquel destino había sido su elección.
