Capítulo 13

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Hace más de una hora que el general había partido con Keylha y una gran tropa de soldados, uno de ellos, que según escuchó Elizabeth es capitán, creó un portal que los llevó directo al lugar donde se encontraba el equipo de Roy, le sostuvo la cabeza y de sus manos salió una especie de torbellino, los soldados comenzaron a atravesarlo en grupos. Luego de que todos desaparecieron, Verona llevó al capitán al hospital, ya que después de utilizar su poder, quedaba muy agotado, por eso solo lo utilizaba en casos de emergencia, como este.

La chica le había entregado a la directora la caja de metal que habían recuperado de casa de sus padres. La preocupación por su hermano y el resto de los chicos le hizo dejar en segundo plano las dudas acerca de las fotos que contenía la caja.

Verona se encontraba de pie en la entrada de la academia, con un grupo del personal médico a la espera de que regresaran, y así poder atender con mayor rapidez a los heridos de gravedad. Elizabeth se encontraba en una de las torres de vigilancia, mirando fijamente hacia la ruta que los traería de regreso; ya había pasado demasiado tiempo, estaba mordiéndose las yemas de los dedos, cuando algo en el cielo llamo su atención. No era algo, era alguien, específicamente, era Keylha.

Bajó corriendo de la torre, abrió las puertas mientras gritaba «ya vienen», apresuró el paso, aún faltaban unos cuantos metros para que llegaran. Apenas los vio, el nudo que oprimía su pecho desapareció, Darien, Roy, Arthur, Tony, Dean y Suki venían de pie, eso significaba que no estaban gravemente heridos, aunque por encima les vio algunos vendajes, sin pensarlo y por instinto, abrazó a Roy, que venía delante de todos, al lado del general. Todos se detuvieron cuando la chica llegó junto a ellos, el coronel le devolvió el abrazo y le preguntó.

— ¿Estás bien?, ¿llegaste bien? —Ella solo asintió y él continuó—. ¿La caja está a salvo?

— Se la entregué a Verona.

— Muy bien, ve, está preocupado por ti —le dijo moviendo la cabeza hacia Darien, al darse cuenta de que ella miraba hacia su hermano, sin mirar a nadie más, Elizabeth abrazó al castaño y juntos siguieron el camino hacia la academia, no dijeron nada en todo lo que quedaba de camino, una vez adentro, el personal médico revisó a los heridos, dos venían con heridas algo más serias y fueron trasladados al hospital.

Casi al caer la noche, Elizabeth y Darien se encontraban en su cabaña, el chico tenía un vendaje en su muñeca izquierda, Lizzie se encontraba sentada en uno de los sofás, con la vista perdida, tenía su mente en otra parte, mil preguntas le rondaban y no encontraba alguna respuesta lógica a ninguna de ellas.

— Aquí la tierra llamando. —Darien agitaba su mano frente a su hermana.

— Perdón, Dari, estaba pensando, pero dime —dijo la pelirroja moviendo sutilmente su cabeza

— Te estaba contando lo emocionante que fue la lucha, sentía la adrenalina correr por mi cuerpo, fue realmente emocionante, aunque tuve algo de temor al principio, nos superaban en número, así que creé un círculo de fuego alrededor nuestro, Dean lanzaba cuchillas de hielo, Tony disparaba con su pistola y lanzaba shuriken que regresaban como si fuesen boomerang, Roy cortó a algunos, hasta le sacó el brazo a un sujeto, y Suki estuvo genial. La verdad, nos estábamos defendiendo bastante bien cuando llegó el general con los demás, lo primero que vimos fue cuando una flecha de Keylha le llegó a Jasón en la pierna, desde ahí todo fue un caos.

— Lamento ser tan inútil, mañana mismo hablaré con Verona y Arthur para comenzar mi entrenamiento, al diablo la semana de adaptación, esto es lo que quiero, quiero vengar a mis padres y no puedo hacerlo si no sé luchar. —Fue la respuesta de la chica.

— Hey, tranquila, enana, recuerda lo que dijo Masen, mañana enterraremos a los viejos, solo debes enfocarte en eso, después puedes decidir qué hacer. —La calmó el castaño.

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