El campo de combate cuerpo a cuerpo era el primer campo de entrenamiento, media hectárea cubierta de pasto, al fondo había un edificio de mediano tamaño al final del campo.
—Llegan un minuto tarde. —Fue la bienvenida del coronel.
—¿Siempre eres así de amargado u hoy es un día especial? —preguntó Lizzie con una gran sonrisa, para sorpresa de todos, incluido Roy, quien de inmediato respondió.
—Gracias, soy así siempre, pero si quieres puedo ser peor. —La miró con una sonrisa cínica y luego añadió al grupo—: Este es el campo de combate cuerpo a cuerpo, algo esencial si quieren participar en la batalla, el enemigo puede atacar por sorpresa, deben estar siempre preparados, el enemigo no avisa, no te prepara, simplemente ataca, así que, si al final de la semana deciden quedarse, la defensa personal es algo básico, lo primero que aprendemos todos incluso los que no se quedan en el ejército.
Roy terminó su explicación y miró a los chicos nuevos por si tenían alguna duda, Darien miró a su hermana y luego dijo:
—En casa, Gabriel me enseñó algunas tácticas y hace unos años comencé a enseñarle a Lizzie. —Al escuchar aquello, algo dentro de la pelirroja la puso en alerta.
—Mi mochila, Dari, perdí mi mochila, allí estaba el libro que me diste por mi cumpleaños, y estaba el regalo de papá... Debo salir de aquí. —Sin decir más, dio media vuelta y echó a correr camino a las puertas de la academia.
Darien inmediatamente corrió tras ella, los chicos del equipo de Roy miraron a su coronel en busca de una señal, él solo asintió y todos supieron qué hacer, Keyla, quien tenía el poder de volar, despegó y fue en busca del último miembro del equipo que faltaba; Roy y los chicos corrieron también tras Lizzie. Lograron interceptarlos antes de llegar a las puertas.
—¿Qué crees que haces? —preguntó Roy impaciente, poniéndose frente a Elizabeth.
—¿No me escuchaste? Necesito salir de aquí, debo ir a buscar algo y me estás haciendo perder el tiempo —respondió la pelirroja evidentemente molesta.
—No pueden salir, están bajo mi cargo y mi cuidado, daremos aviso y vamos a buscar lo que sea que hayas perdido. —Roy, muy serio, miró a su equipo y comenzó a dar órdenes—: Dean, da el aviso de salida; Tony, ve por tu equipo, nosotros buscaremos armas y nos vemos en la puerta en 5.
Roy hizo un gesto para que Lizzie y Darien lo siguieran, corrieron hasta una puerta ubicada a la izquierda del Eventus, Roy puso la palma de su mano en el lector digital y la puerta se abrió dejando ver un enorme salón de armas.
—¿Saben manejar algún arma? —se dirigió a los hermanos, mientras se adentraba en la sala.
—Dagas. —Fue la respuesta de Lizzie.
—Yo tengo estas. —Darien mostró sus manos, dio una pequeña palmada y una pequeña llama se encendió en su mano.
—Bien. —Roy sacó un par de espadas cortas que puso en su espalda, sus katanas habituales descansaban en su habitación, y no había tiempo de ir por ellas; además, metió un par de dagas en sus botas y manoplas en sus manos; por último, le entregó a Lizzie un cinturón con dagas e igualmente le tendió a Darien unas pistolas.
—Jamás te he visto en acción... no puedo poner en riesgo a mis camaradas. —Fue la respuesta del peliblanco a la pregunta no hecha de Darien.
Los tres salieron de la sala de armas una vez que Roy hubo sacado también las de sus compañeros.
Cuando llegaron a la puerta, los demás ya estaban allí; junto a Keylha había una chica a la que Elizabeth y Darien no conocían, la pelinegra hizo las presentaciones:
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Destino
FantasyUn país que se encuentra sumido en un infierno. Un dictador que impone su ley sin tener en cuenta a nada ni a nadie. Y un grupo de valientes, de rebeldes, que busca desequilibrar la balanza en pos de la justicia, la paz y la igualdad. Dos hermanos t...