★ ˙ ︴mixxed up

𖦹. bittersweet

.ᐟ.ᐟ : non idol

El amor era amargo.
Eso pensó el ex-patinador mientras miraba a varias parejas enamoradas por las ventanas de los restaurantes, haciendo una mueca cuando veía sus caras de felicidad y sus sonrisas de amor genuino.

El rubio no había tenido una buena historia con el amor, desde pequeño todo lo relacionado con niñas nunca le interesó, oor mucho que su madre le juntara con algunas jóvenes patinadoras en busca de sacar alguna reacción de su hijo, el niño no sentía nada más que una relación de compañerismo.
Durante su adolescencia esto no cambió en absoluto, sino que empeoró. Las chicas se acercaban a él por su físico pero al escuchar sus aficiones o su sueño de convertirse en patinador se alejaban, algunas con disgusto y otras riendo por lo poco varonil que eso les parecía.

Quizás fue por eso por lo que Sunghoon dejó el patinaje, aún siendo su sueño desde que era un pequeño niño, pero algo que él siempre busco fue la aceptación.
Cometió muchos errores en su vida buscando a alguien que se quedara a su lado ignorando los fallos que cometiera o las opiniones que tuviera, buscó a alguien que le amara aún siendo un patinador, aún siendo un adolescente que no entendía que pasaba por su cabeza y por qué todos conseguían novias salvo él.

Más tarde, al cumplir sus 18, Sunghoon comprendió que su falta de amor y su desinterés en las mujeres no era por ser poco varonil, era porque simplemente estaba buscando amor en el lugar equivocado. Porque el no era como sus compañeros, porque él no quería una novia, porque él quería un novio.

Llegó a una heladería, observando la suave sonrisa del pelinegro que siempre le recibía y pasaba algunos minutos charlando con él, incluso a veces después de su turno de trabajo, lo que les llevó a conseguir una profunda amistad entre ellos.

—Buenas noches, Sunghoon, ¿lo de siempre?—
—Eso es, gracias.—

Sunoo notó al chico algo distante, decidió ignorar eso y quizás preguntárselo cuando terminara su turno, porque sabía que el chico se quedaría con él hasta que cerrase la tienda.

Los minutos pasaron rápidos, entre Sunghoon tomando su helado en una mesa apartada y Sunoo limpiando y recogiendo las cosas, dejando todo listo para abrir a la mañana siguiente. Una vez todo terminado, ambos salieron juntos por la puerta de atrás, aún sin haber intercambiado ninguna palabra

—Sunoo, ¿qué crees que es el amor?— Sunghoon preguntó, dejando al menor bastante confundido por la repentina pregunta.
—Bueno, yo creo que el amor es algo dulce.—

Sunghoon rió, dejando al contrario aún más confundido que antes. Le parecía algo cómico, él pensaba que el amor era amargo mientras que su amigo pensaba que era dulce. Pensó, por un momento, que Sunoo no había vivido lo mismo que él, pensó también que quizás Sunoo solo quería ser su amigo y que todo este tiempo nunca correspondió sus sentimientos, y que Sunghoon solo había confundido la amabilidad del chico. Pero no dijo nada.

Se negó a responder a las preguntas del menor, dejándole en la seguridad de su casa y volviendo a caminar solo por la oscuridad de la noche.
En ese momento, ambos se dieron cuenta de una cosa: el amor no era amargo ni dulce solamente, el amor era agridulce.