𖦹. streets prt 2

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continuación de streets

Sunghoon suspiró, mirando a su alrededor una vez más en las ahora vacías calles.
El viento nocturno chocaba contra su cara y le causaba escalofríos, era demasiado tarde para estar fuera de casa pero al chico no parecía importarle.
Sabía que aquel desconocido era su alma gemela, es decir, no se había encontrado con nadie más y sintió una sensación que era difícil de explicar para él, como si su mente conectara dos puntos para conseguir la solución, además de la notoria desaparición del hilo rojo que Sunghoon había tardado en notar.

Estaba a punto de rendirse, después de una larga búsqueda de aquel misterioso chico, no había conseguido buscarlo ni a los alrededores del lugar de su encuentro ni en los más lejanos a la escena, habiendo recorrido así toda la ciudad sin rastro del chico.
Así que se levantó del banco y volvió a colocar los audífonos sobre sus oídos, caminando hacia casa.

Hasta que notó una sensación rara, una sensación inexplicable que ya había tenido anteriormente ese día, y siguió su instinto.
Terminó en un pequeño callejón, donde pudo distinguir tres altas figuras masculinas y una cuarta no tan alta, a quién pudo reconocer al instante. Bueno, no reconocer como tal, pero al que sabía que era su alma gemela.

Y también sabía que algo malo estaba pasando, por la manera en la que los tres desconocidos rodeaban de manera amenazante al chico, no tuvo otra opción que actuar.

—Eh, hola, ¿algún problema?— habló Sunghoon, haciendo que los tres se giraran para mirarle.
Eran altos, pero no tanto como él, por lo que no parecían una amenaza. Los chicos parecían adolescentes, así que al escuchar la voz de Sunghoon salieron corriendo asustados.— Que idiotas, no se atreven ni a pelear.—

Miró ahora al chico, quien seguía petrificado y asustado, con sus ojos fijos en el suelo.

—¿Está todo bien?—

Ahora ambos se miraron, sintiendo como algo en el ambiente cambiaba y todo se volvía más calmado, más cómodo.

—Oh, eres el chico con el que me choqué antes, perdóname.—
—No es un problema, de verdad. ¿Cuál es tu nombre?—
—Sunoo, Kim Sunoo. ¿Cuál es el tuyo?—
—Park Sunghoon. ¿No es muy tarde para estar en callejones como estos?—
—Lo mismo podría decirte— y ambos chicos rieron.

Entonces, Sunghoon comprendió todas las incógnitas que rodeaban su mente sobre las almas gemelas, quien en las calles solitarias encontró al mismo chico que chocó con el entre la multitud, y ambos destacaron entre el resto.

★ ˙ ︴mixxed up Donde viven las historias. Descúbrelo ahora