★ ˙ ︴mixxed up

𖦹. azul

estoy cayéndome a pedazos por tu ausencia
.ᐟ.ᐟ : non idol

Sunoo mantuvo su vista en la inmensidad del mar, el viento que provocaba la marea chocaba contra su rostro y le traía el tan nostálgico olor del mar, aquel que tanto odiaba.

Sentado en la arena, alejado de la realidad y de quienes le rodearan, lo único que podía admirar eran las olas rompiéndose al llegar a la arena, con el sonido rebotando en sus oídos y mareándole.
Estaba solo, nadie iba a la playa en invierno salvo parejas enamoradas o deportistas que no parecían sentir el frío en su cuerpo descubierto.

Pero Sunoo siempre había estado solo, al menos desde hace un tiempo. No importaba el frío que hiciese o donde estuviese, él nunca tuvo a nadie.
Podía recordar el momento exacto en el que se dió cuenta de que estaba solo, cuando su novio se sentó frente a él y le dijo que nunca sintió nada durante su relación y que había encontrado a alguien a quien amaba de verdad, alguien con el que no tenía que fingir.

Y ahí todo se pausó, el reloj dejó de hacer su irritante sonido cada segundo, los perros de los vecinos no ladraban al pasar un coche porque los coches no pasaban, la silla no chirriaba porque su ahora ex pareja ya se había levantado, ya lo había dejado solo en su apartamento compartido hace tiempo.
Sunoo no se dió cuenta de que su apartamento compartido era ahora suyo, no había nadie más con él, no parecía real.

Gaeul ya no estaba ahí todas las mañanas saludándole con alegres ladridos, su novio ya no estaba en la cocina con una taza de café para él y ya no se escuchaban risas de enamorados, acurrucados en el sofá con alguna serie que se emitía de fondo, sin más importancia.
Ahora ya no había ladridos, porque tampoco había perro. No había una taza de café, porque tampoco había novio. No habían risas en el sofá porque Sunoo no miraba la televisión, nada le interesaba.

La ausencia de su novio afectó a su vida diaria, haciéndole casi imposible vivir sin él, pasando días encerrados en su cuarto sin tener comunicación con el resto del mundo, solo su almohada mojada en lágrimas y él sabían todos sus pensamientos, todas sus quejas y todos sus llantos.
Sunghoon no parecía estar pasando por lo mismo, puesto que ya había alguien más desde el principio. Fue como si Sunoo nunca hubiera existido, como si todo lo que vivieron se eliminara de sus recuerdos. No había nada.

Nisiquiera fue a por sus cosas al apartamento de Sunoo, o eso creía él, porque nunca se encontraron.
Un día Sunoo encontró las antiguas llaves de su amado en la mesa, junto con un pequeño papel en el que se podía leer "Acuérdate de comer y beber, llámame si necesitas algo" antes de que las lágrimas de Sunoo ensuciaran el papel.

¿Por qué no podía dejarlo ir? Estaba encerrado en sus recuerdos, vagando en un lugar sin salida con nada más que sus pensamientos pesimistas, pensando en qué hizo mal para que Sunghoon ya estuviera con otro.
Lo odiaba, odiaba todo lo relacionado con él. Su forma de ser, sus bromas, su risa, su olor, su sonrisa, la manera en la que Sunoo no podía olvidarse de él, la manera de la que seguía tan perdidamente enamorado de él.

No quería verle, no quería encontrarse con él y tener que enfrentarse a su mirada de pena por el asqueroso estado en el que estaba, no quería ver la preocupación en los ojos del hombre que no podía dejar ir, y menos tener que pasar tiempo con él sobre por qué debía seguir comiendo o el por qué Sunghoon no era tan buena pareja y no debería preocuparse tanto.

Pero Sunoo no podía evitarlo, no salía de casa porque no quería ver los sitios en los que había estado con él, no compraba la comida que amaba porque a ambos les gustaba, no escuchaba música porque su cantante favorito era también el de Sunghoon, no dormía porque en sus sueños aparecían juntos, no vivía porque su vida le pertenecía a él.

Y estaba agotado, física y mentalmente agotado, consumido por su mente y cansado de extrañarlo.

Sunoo odiaba el mar, pero el mar le relajaba, el mar le recordaba que puede estar en calma, puede estar todo bien y disfrutarlo, pero una ola puede llegar y deshacerlo todo, romper y causar daños. Simplemente hay que levantarse y volver a empezar.