Con mucho cuidado y precaución la puerta principal de aquel departamento se abría. No sabía exactamente con qué se encontraría, pero de seguro no sería nada bueno.
Todavía resonaban en su cabeza las palabras que la secretaria de la productora le había dicho cuando recurrió a él por ayuda.
Flashback
—¡Bueno!
—Bueno, ¿Fran?
—¿Sí?
—¡Qué bueno que te localizo! Estoy muy preocupada por tu papá. ¿Has sabido algo de él?
—¿Cómo que si he sabido algo de él? ¿No lo ves tú todos los días en la productora?
—Debería, sí. Pero hace como una semana que no se para por acá. Hemos tenido que cancelar sus citas, reagendar otras tantas, Ángeles ha tenido que tomar la posta ya que ni él ni Lucía están disponibles, pero tampoco se da abasto. El Hogar de Niños también está a la deriva.
—¿Cómo que la tía tampoco está disponible? ¿No se suponen que ambos están en Buenos Aires? Pero ¿qué ha pasado con estos dos?
—No lo sabemos a ciencia cierta, Fran. Al principio creímos que solo se trataba de un día de asueto luego de la gira. Pero lo cierto es que no tenemos noticias de ninguno, entre el staff se rumora de que hay problemas entre ellos, con decirte que tememos que las fechas ya pactadas peligren. Creemos que este pueda ser el fin de Pimpinela.
Fin de Flashback
Con mucha precaución caminaba por aquel pasillo por el que tantas veces había correteado o andado en patines cuando era niño para tortura de su madre. Sin embargo, nada era como lo recordaba. Docenas de botellas de licor vacías regadas en el piso, ceniceros por todos lados, lo cual era bastante raro pues Joaquín no fumaba, siempre sostenía que debía cuidar sus cuerdas vocales, eran ahora la decoración del lugar.
Continuó avanzando y encontró también ropa regada, fundas de comida chatarra, cajas de pizza a medio terminar y, que ya empezaban a oler mal. Definitivamente, parecía que el Apocalipsis zombie había tenido lugar ahí, pero lo que terminó por preocuparlo más fue la manera en que su padre lo recibió.
Joaquín yacía acostado en su cama boca arriba, despeinado y con claros signos de haber estado llorando. Las botellas de alcohol que adornaban su mesa de luz no mentían, estaba totalmente alcoholizado, y todo parecía indicar que se trataba de mal de amores pues a su lado tenía una prenda femenina, misma que reconoció instantáneamente.
Se acercó un poco más a él, necesitaba confirmar si todavía oxigenaba. Con bastante recelo, y por qué no, algo de temor dio unos cuantos pasos, para su tranquilidad su respiración era acompasada, como si durmiera plácidamente, pero sabía que no era así. La expresión de dolor que había en su rostro así se lo hacían saber.
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PIMPI SHOTS
FanfictionSerie de capítulos únicos inspirados en situaciones del dúo musical más querido de todos los tiempos. Cada capítulo puede ser leído como historia independiente. En algunos casos excepcionales habrá continuidad, sin embargo, seguirá siendo una histor...