MOVISTAR ARENA. - APLAUSOS Y PASIÓN

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Los árboles que formaban parte del paisaje citadino bailaban al compás del viento y hasta parecía que con sus gráciles movimientos le daban una cálida bienvenida a la ciudad que la vio nacer algunos lustros atrás.

Un suspiro se escapó de sus labios atrayendo la atención del conductor del automotor. Sonrió al verla mover a destiempo su pierna derecha, clara señal de que se encontraba nerviosa y, lo cierto es que no podía culparla. Él también estaba un poco nervioso, a pesar de que llevaban muchos años de carrera a cuestas, siempre que tenían un show deseaba entregarle lo mejor de sí al público, mucho más ahora luego de cinco meses alejados de los flashes a consecuencia de aquel terrible diagnóstico entregado a la rubia de su vida.

Todavía podía recordar aquel día como si fuese ayer...


Flashback

—Bienvenidos señores Galán—, saludó el galeno invitándolos a tomar asiento frente a su escritorio. —Enseguida llega mi secretaria con los resultados, pero dígame ¿cómo se ha sentido señora? —, preguntó interesado, mientras abría el expediente de la rubia y repasaba sus notas.

—Bastante bien, la saturación empieza a mejorar, aunque todavía me canso un poco al cantar, a decir verdad—, confesó ella bajo la atenta mirada del hombre de su vida.

Joaquín había viajado a España después de las fiestas de año nuevo, pues Lucía lo había convencido de hacerse los chequeos médicos correspondientes para poder iniciar el año sin mayores pendientes, pues debían reconocer que el año 2023 había sido particularmente movido para ellos en cuestión de giras de conciertos, por lo que habían descuidado varias cosas, para prueba las múltiples afecciones bronquiales que la rubia había sufrido en el transcurso del año. Aunque ella había argumentado que los cambios constantes de países y, por ende, de climas había debilitado un poco su sistema inmunológico. Sin embargo, luego de haber enfrentado una pandemia por COVID-19, todo catarro se volvía algo inquietante, por lo que tan pronto tuvieron un hueco en sus agendas volaron a Madrid para hacerse atender.

Una risa traviesa se dibujó en su rostro de recordar el poco cuidado que le puso a la recomendación médica y él también se contagió justo para la fecha del concierto en Mar del Plata, de hecho, él había tenido que ir solo a la invitación para el show de Mirtha Legrand, pero es que a él se le hacía realmente imposible estar alejado de la mujer que le robaba el sueño.

Así que ahí estaban los dos, sentados frente a su médico de cabecera esperando por el resultado de los estudios que les habían realizado a ambos.

—Bueno, aquello es técnicamente normal, teniendo en cuenta que hace poco pasó por un cuadro de faringitis, pero no se preocupe demasiado, no hay nada que con descanso y los cuidados pertinentes no se pueda corregir. Claro que tampoco podemos descuidarnos, mucho menos en su caso. Debemos estar muy atentos a cualquier otro síntoma, no podemos permitir que empeore. ¿Ha sentido alguna otra molestia? —, se interesó.

—Mmmm... no realmente, aunque...—, añadió la mujer un poco indecisa mientras mordía su labio inferior, había callado aquello pues no deseaba alarmar a Joaquín.

—¿Aunque...?—, repitió el médico invitándola a continuar.

—Últimamente he tenido una molestia abdominal, en el lado derecho—, señaló, mostrando con su dedo índice el lugar exacto.

—¿Dónde me dijiste en el aeropuerto que te dolía? —, recordó él, pues ella le había pedido que le ayude con su equipaje pues, al parecer había hecho una mala fuerza.

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