La bocina de un coche le alertó de que habían llegado por ella. Se dio una última mirada a su look y salió de su casa bastante emocionada por la noche que le esperaba.
—Dijimos que íbamos por pizzas, cuñada, no a un concierto en el Movistar Arena—, bromeó Viviana chuleando el look de la rubia, pues lucía bastante bien la verdad.
—Hasta parece que te vas a ver con un novio, y no con tu familia—, añadió Pancho, disfrutando de la forma en que sus mejillas se sonrojaban. Definitivamente la rubia había sacado el número ganador en aquella rifa.
—¿Y qué tal tu día en el hogar, cuñada? —, preguntó la morocha, pues todos habían visto la historia compartida por la rubia.
—Lleno de paz, como siempre. Esos angelitos tienen tanto amor para dar. Espero que podamos conseguir que muchos de ellos por fin consigan familias para esta navidad.
—Amén, tía... todos los niños merecen tener un hogar y unos padres que nos amen tanto, así como ustedes lo hacen con Ro y conmigo—, halagó él, guiñándole un ojo a la rubia por el espejo, y depositando un beso en la mano de su madre.
Continuaron hablando de todo y la nada, pues si algo tenían de bueno los Berconsky, es que eran excelentes platicadores, sin embargo, a pesar de lo buena que resultaba la charla, ella ya se estaba impacientando porque no tenía noticias de Joaquín, es más, ni siquiera reconocía la ruta que Pancho estaba siguiendo en ese momento.
—¿Y mi hermano? —, se atrevió a preguntar varios minutos, cuando Viviana y Francisco guardaron silencio por unos minutos. Los ocupantes de los asientos delanteros se miraron entre sí y sucumbieron a las risas, intrigando así a la rubia. —¿Qué dije que es tan gracioso? —, replicó algo molesta, frunciendo su piquito de una manera bastante graciosa.
—Ya te cobraré la apuesta—, confesó Pancho haciendo que Viviana volteara los ojos. Ese muchachito era realmente imposible.
—¿Apostaron algo sobre mí? —, rebatió, frunciendo aún más su ceño, pues seguía sin entender las cosas.
—Ya te explicaremos mejor, cuñada. Por lo pronto, y respondiendo a tu pregunta, el señor Galán todavía estaba en una junta de trabajo, así que nos pidió que pasáramos a recogerlo después.
—Pero este no es el camino a la productora—, mencionó lo obvio.
—No... estamos haciendo un poquito de tiempo antes de ir—, explicó Pancho. —Al menos disimula que estás feliz conviviendo con tu sobrino y tu cuñada favorita—, se burló, logrando que la rubia se ruborizara por completo. ¿Tan evidente había sido?
El teléfono del joven sonó, y él no dilató en contestar la notificación.
—Ya se desocupó tu adorado tormento, tía—, anunció. Enrumbando el automotor a Aladino Producciones.
El corazón de la rubia saltó de gozo, en todo el día no se habían podido ni ver y ya lo extrañaba. Se había acostumbrado demasiado rápido a estar juntos todo el día, que, ahora que no lo había visto, sentía que no había salido el sol para ella, y es que otro sol no es tu sol, aunque te alumbre.
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De pie, enfundando en su tradicional remera negra, Joaquín parecía sostener una amena charla con el guardia de la productora. Ellos procuraban conocer y llevarse bien con todos sus colaboradores.
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PIMPI SHOTS
FanfictionSerie de capítulos únicos inspirados en situaciones del dúo musical más querido de todos los tiempos. Cada capítulo puede ser leído como historia independiente. En algunos casos excepcionales habrá continuidad, sin embargo, seguirá siendo una histor...