Capítulo 3

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Ainhoa había terminado su turno en la cocina, tenía varias llamadas perdidas, todas de la misma persona, salió fuera del hotel, decidida a ir al Chelsea, el bar de enfrente, necesitaba una copa.

Al salir a la puerta, frunció el ceño, el Chelsea estaba abarrotado, se escuchaba música y más ambiente del que Ainhoa había visto desde que había llegado a Vera

-¿Son las fiestas patronales o algo? -preguntó Ainhoa a Silvia que estaba a su lado

-No, no tengo ni idea de qué puede estar pasando -Silvia fue hacia el bar

Ainhoa supo que no podría beber nada en el bar, no iba a hacerlo delante de su jefa, pero la curiosidad hizo que se adentrara en el bar para ver que estaba sucediendo. Nada más entró la vio, era imposible no verla, saltaba riendo, movía la cabeza de un lado a otro disfrutando de la música, un chico estaba a su lado saltando y riendo al igual que ella

-¿Cuántas copas se han bebido? ¿Es que Julio no sabe que Jon es menor de edad? -preguntó Silvia

-Julio lo sabe -dijo el aludido detrás de ella con una bandeja de copas vacías-. Ninguno de los dos ha bebido más que coca cola. Oye, si no la queréis en el hotel, yo me la quedo, ha llenado el bar en tan solo una hora

Ainhoa miró sorprendida a Luz, había pensado que estaba borracha, ahora su asombro pasó al enfado, no con la joven, con ella misma, ¿hacía cuánto que no se divertía de ese modo? ¿Cuándo había sido la última vez que había reído así? Se giró y se marchó de allí.

-¿A dónde vas? -preguntó Javier que acababa de entrar, deteniendo a su mujer que se disponía a ir a dónde estaba su hijo

-¿Has visto la hora? Es tarde y está con una desconocida -dijo Silvia

-¿Lo has visto? ¡Está riendo! -dijo Javier con una sonrisa mirando a su hijo-. ¿Hace cuánto que no lo ves sonreír así? No está en un videojuego metido, está con una persona de carne y hueso, en el mundo real y por primera vez desde que su hermana murió está riendo, ¿de verdad quieres arrebatarle eso?

-Lo sé, pero no la conocemos...

-Si esa chica hace reír así a mi hijo, puede acercarse a él todo lo que quiera -Javier se llevó a su mujer a una mesa y pidió un par de cervezas

***

Luz salió del Chelsea agotada, le dolía las mejillas de reí, hacía años que no reía de esa manera, necesitaba meterse en la cama, pero el cansancio y las agujetas del día siguiente habían valido la pena por ver a Jon sonreír. Era un chico amable, con ninguna maldad en su mirada.

Luz iba hacia el ascensor, pero se paró en el último minuto, se giró y se dirigió a la cocina, quería ver a qué hora empezaban el turno a la mañana siguiente y si había algún evento programado. Escuchó un ruido en el interior, entró despacio, sin hacer ruido, esperaba que fuera Ainhoa que se había quedado una vez más hasta tarde, mejor eso que un ladrón. Justo vio cómo cogía dos botellas de vino y desaparecía por la otra puerta.

 Justo vio cómo cogía dos botellas de vino y desaparecía por la otra puerta

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Huida hacia delanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora