Capítulo 24

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-Luz, ¿estás bien? -preguntó Clara al ver a Luz sentada en un banco cercano al hotel

-Sí, por cierto, felicidades

-¿Por qué? -preguntó extrañada Clara

-Por lo de Julio, el hijo de Marta es de Andrés, supongo que os habrá aliviado

-¿Pero tú cómo te has enterado de eso? -Clara la miraba extrañada pues hacía solo unos minutos que se había enterado ella

-Hombre, Andrés lo ha dicho en mitad de la calle -dijo Luz-. ¿Sabes que desde aquí puedes ver todo?

-Sí, nos sentábamos aquí de jóvenes, ¿pero tú no deberías estar en la cocina?

-Sí, pero justo iba a entrar y he visto a Javier y Silvia discutir, y bueno, no quería entrar en ese momento... -Luz se puso en pie-. Por cierto, deberías hablar con Silvia, creo que no lo está pasando muy bien

-Luz -llamó Clara cuando comenzó a alejarse-. Te preocupas por ella, ¿verdad?

-Es mi madre -dijo Luz encogiéndose de hombros yendo a la cocina

***

Ainhoa había ido a la reunión de alcohólicos anónimos que tenía esa mañana, lo necesitaba con urgencias, pues cada vez le costaba más contener la tentación de beber

-Hoy vamos a hacer un juego de roles -dijo Julia, la terapeuta-. Ainhoa, ¿te animas?

-Vale... -dijo Ainhoa jugando con sus dedos

-Piensa en una persona que sea muy importante para ti, ¿quién es?

-Luz... la chica que vino el otro día

-Pues ahora tú vas a ser Luz y yo voy a ser tú. Empezamos

-Es que no sé muy bien que tengo que decir, la verdad -dijo Ainhoa jugando con sus dedos inconscientemente

-Lo que te salga, te tienes que poner en la piel de la otra persona. Yo empiezo. Hola soy Ainhoa, tengo un problema con el alcohol pero estoy luchando para superarlo. Luz, te das cuenta de que estoy luchando, ¿verdad?

-Sí, pero no puedo confiar en ti

-¿Por qué?

-Pues porque... porque la has liado mucho... la has liado mucho Ainhoa y... y... he apostado por ti y tú, tú no puedes confiar en ti misma

-No, eso es lo que tu piensas, pero yo si confío en mi misma Luz, por eso estoy viniendo a estas sesiones

-Vale... Pues... ¿puedes asegurar que no volverás a beber?

-No, no puedo, ningún alcohólico puede

-Pues ya está -dijo Ainhoa con tristeza-. ¿Ves? Por eso, por eso no podemos estar juntas -Ainhoa se puso en pie-. Porque eres una bomba de relojería y en cualquier momento me destrozas la vida

 Porque eres una bomba de relojería y en cualquier momento me destrozas la vida

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