Capítulo 8

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Luz llegó a la cocina antes que Ainhoa, Paolo nada más la vio se giró para evitarla

-Paolo, ¿podemos hablar por favor? -pidió Luz

-No hay nada que hablar -contestó Paolo bastante seco

-Siento si fui demasiado dura el otro día, no era mi intención, pero Paolo... nos dimos solo un beso, nada más, ni siquiera hemos hablado de ello, siento si creíste que estábamos saliendo a raíz de eso, pero para mi solo fue un beso y... -Luz arrugó la nariz cuando Paolo le acercó un caracol-. Apesta

-Sí, eso pensaba -dijo Paolo volviendo a darle la espalda, por alguna razón Luz supo que esas palabras no eran únicamente por los caracoles en mal estado

-Paolo, desde que nos conocemos has sido un gran amigo y...

-¿Pasa algo? -preguntó Ainhoa incómoda al entrar y ver que tanto Paolo como Luz se habían callado al verla

-Los caracoles están malos -dijo Luz-. Podría llamar al proveedor y decirles que nos manden otros

-No, tengo una idea mejor, cámbiate y acompáñame a comprar otros -propuso Ainhoa-. Paolo, ¿te puedes hacer cargo de todo?

-Sí, claro -respondió éste mirando a Luz

Luz se cambió y vio que Ainhoa la esperaba en la puerta del hotel frente a un coche

-No sabía que tuvieras coche -dijo Luz

-¿Sabes conducir? -preguntó Ainhoa

-Sí, claro -Ainhoa le lanzó las llaves

-Tú conoces mejor las calles

-¿Tienes coche y aún no conoces las calles de Vera? -preguntó Luz subiéndose al coche y poniéndose el cinturón

-El coche es del hotel, me dieron unas llaves para que lo cogiera cuando necesitara hacer las compras en el mercado, pero siempre traen el pedido, así que no suelo usarlo

Ainhoa miraba de reojo en ocasiones a Luz mientras ésta conducía en silencio, sonrió al ver que movía la cabeza a ritmo de una música que no estaba sonando, la veía mover los labios sin llegar a cantar nada

-Puedes poner la radio si quieres -dijo Ainhoa

-¿Qué? -Luz la miró y sonrió al darse cuenta de lo que había estado haciendo-. Lo siento, estoy acostumbrada a la moto y siempre está el sonido del viento, no estoy acostumbrada a conducir en silencio

-Nunca he montado en moto -admitió Ainhoa

-¿Estás de broma? -Luz la miró sorprendida

-No -Ainhoa sonrió al ver la cara de Luz-. Siempre me han dado miedo

-Algún día le pondremos solución a eso -dijo Luz aparcando y bajando del coche

-Eso no pasará -Ainhoa salió el coche y comenzó a juguetear con sus dedos, preguntándose si Luz lo había dicho por decir o si realmente pensaba que quizás podrían pasar tiempo juntas fuera del trabajo, ¿sería posible que llegaran a ser amigas?

Mientras Luz compraba los caracoles, Ainhoa fue a comprar otras cosas, cuando terminó Luz estaba sentada en el coche, puso lo que había comprado en el maletero y se sentó en el asiento del copiloto, Luz guardó la lista que estaba haciendo

-Teniendo en cuenta que comes en el restaurante, no creo que eso fuera la lista de la compra -comentó Ainhoa

-Pues más o menos, son cosas que necesito comprar, vine por un par de días y llevo un mes y parece que se va a alargar, por lo que va siendo hora de ir comprando cosas -Luz arrancó el coche-. ¿Qué has comprado?

Huida hacia delanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora