Capítulo 23

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Luz estaba consiguiendo olvidar sus problemas, en el puesto tenía puesta música para que no le permitiera pensar, había visto a Andrés y Julio pelearse delante de Clara y Marta. Javier no dejaba de mirar a todos lados como si buscara a alguien, por un momento pensó que era a Martínez que se reunió con él, pero no, Javier seguía nervioso.

Sara y Jon se habían pasado un rato a charlar con ella, incluso las Cucas, en definitiva era un buen día, se alegraba de haber elegido estar allí, el calor no era insoportable y lo mejor de todo, estaría todo el día sin ver a Ainhoa.

-¿Cómo estás? -dijo Ainhoa soltando un paquete de hielo

-Bien, todo bien por aquí -Luz maldijo internamente su mala suerte

-No, me refiero a como estás tú -dijo Ainhoa mirando a todos lados para asegurarse de que nadie las escuchaba

-Bien, es mejor que nos olvidemos de todo y nos concentremos solo en trabajar

-Vale... -Ainhoa se quedó mirándola, Luz ni siquiera la había mirado mientras hablaba, la echaba de menos, echaba de menos la complicidad que tenían-. Voy... voy a subir los hielos

Ainhoa entró en el puesto, era estrecho, al entrar Luz se giró y le derramó parte del agua que llevaba en un cuento

-Lo siento -dijo Luz limpiándola. Luz miró a Ainhoa y no pudo evitar reír

-No pasa nada -Ainhoa sonrió al ver a Luz sonreír, echaba de menos su sonrisa-. ¿Qué?

-Nada, que me estaba acordando de la vez que te eché por encima el café -dijo Luz con una sonrisa

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-Nada, que me estaba acordando de la vez que te eché por encima el café -dijo Luz con una sonrisa

-Sí, yo también... por lo menos esto no se nota

-Parece que lo nuestro es tirarnos cosas encima

Luz y Ainhoa se quedaron mirando, ambas con una sonrisa boba en los labios, poco a poco, ambas recordaron que aquello no podía ser y se separaron, la sonrisa se borró para dejar en ambas una expresión de tristeza.

-¿Te vas a quedar? -preguntó Luz al ver que Ainhoa comenzaba a montar algunos tacos

-Sí, en el restaurante hay poco trabajo -comentó Ainhoa-. ¿Por qué te molesta?

-No...

No llevaba ni media hora allí cuando Ainhoa ya estaba harta de la tensión y, sobre todo, de la dichosa música

-¡Así no se puede trabajar! ¡Apaga esa música!

-¿Qué?

-¡Que apagues la música! No me concentro

-Son fiestas

-¿Y?

-Que es puro marketing, la música atrae a los clientes -Luz vio que un cliente se acercaba-. ¿Lo ves?

-Dame un taco con mucha salsa -pidió el cliente

Ainhoa miraba como Luz preparaba el taco, se sorprendió por la cantidad de salsa que estaba echando

Huida hacia delanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora