Capítulo 34

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-¿Sabes? -Luz se puso de pie nerviosa, más que nerviosa, muerta de miedo-. Deberíamos volver a la cocina, porque Paolo...

Ainhoa se dio cuenta del estado de pánico en el que Luz se encontraba y se levantó con rapidez, agarrando su mano, deteniendo su avance

-Luz, para, yo no creo que nos pase nada de eso, de verdad

-¿Estás segura? Mira que todo lo que has dicho yo también lo he pensado antes

-Lo sé, por eso creo que... mira no tenemos que tener miedo cuando nos acostemos. Hay que disfrutarlo

-Sí, si, tienes razón -Luz intentó calmarse y cogió las manos de Ainhoa-. Debemos de estar relajadas

-Eso es, y a lo mejor, esta noche no es la noche -comentó Ainhoa soltando las manos de Luz y comenzando a gesticular con sus manos, acariciando los brazos de Luz

-Si, quizás esta no sea la noche... -Luz puso su mano en la cintura de Ainhoa, agradecida porque fuera tan comprensiva-. Además, que esto es algo que debemos hacer con calma

-Sí, con calma, sin prisa... -Ainhoa dio un paso hacia delante, pegando su cuerpo al de la otra mujer, retirándose el pelo y dejando su cuello al descubierto-, y que pase... cuando tenga que pasar...

-Sí... -Luz miró el cuello de Ainhoa, su respiración se aceleró, subió la mirada a sus labios, inconscientemente se acercó a ellos, rozándolos-, sin presión... -Luz besó a Ainhoa porque era lo único que le importaba en ese momento, aquellos suaves labios-, con tranquilidad... -volvió a besarla

-Sí... -Ainhoa le cogió la cara para besarla mejor

-Si pasa bien... -beso- y si no... -beso-... no pasa nada...

-No pasa nada

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-No pasa nada... -Ainhoa agarró la cintura de Luz y comenzó a retroceder, llevándose a Luz junto a ella a la cama

Ainhoa se sentó en la cama y Luz se sentó sobre sus piernas a horcajadas, ninguna de las dos volvió a hablar, simplemente se besaban, pasaron casi media hora entre besos. Luz retiró el pelo de Ainhoa y comenzó a besar su cuello, subiendo hasta detrás de la oreja, atrapando el lóbulo entre sus dientes. La pelirroja acarició la espalda de Luz, comenzó a desabrochar la cremallera del vestido, tocando la piel desnuda de su espalda

 La pelirroja acarició la espalda de Luz, comenzó a desabrochar la cremallera del vestido, tocando la piel desnuda de su espalda

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Huida hacia delanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora