Capítulo 36

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-¿Qu... qué haces aquí? -preguntó Ainhoa intentando coger su gorro sin acercarse a su ex

-Solo quería hablar contigo, no es tan raro, ¿no?

-Y yo quiero que me dejes en paz -Ainhoa le quitó el gorro

-Bueno, no respondes mis llamadas, ni mis mensajes, ni mis e-mail, ¿qué querías que hiciera?

-Que no quiero saber nada de ti

-¿Por qué? ¿Por que me comporté como un idiota el otro día? Pues sí, sí, lo siento, no volverá a pasar, pero ya está. Necesito que me perdones. Es muy difícil aceptar de repente que ya no estás

-Pues empieza a aceptarlo

-¿Pero por qué? ¿Por qué? -Hugo intentó mantener la calma y no alzar la voz-. Es que no lo entiendo, ¿cómo te vas así? ¿Y qué? ¿Te gustan ahora las tías o qué?

Aquella pregunta desconcertó a Ainhoa, ¿cómo se había enterado? Empezó a tener ya no por ella, sino por Luz

-¿Quién te ha dicho eso?

-No hace falta que nadie me diga nada -Hugo agarró con fuerza las manos de Ainhoa, haciéndole daño-, te conozco muy bien. Pero muy bien

-¡No me toques! -Ainhoa retiró las manos-

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-¡No me toques! -Ainhoa retiró las manos-. O llamo a la policía, te lo digo en serio

-Ainhoa...

Hugo vio como Ainhoa se alejaba de ella, pero estaban en la terraza del restaurante con demasiadas personas como para montar allí un numerito, así que la dejó ir.

***

Luz vio entrar a Ainhoa e ir directamente al almacén, Ainhoa se desabrochó el primer botón de la chaquetilla, estaba sudando y le costaba respirar. Intentaba calmarse, intentando respirar hondo pero apenas le llegaba aire, la entrada de Luz en el almacén no la ayudó a calmarse

 Intentaba calmarse, intentando respirar hondo pero apenas le llegaba aire, la entrada de Luz en el almacén no la ayudó a calmarse

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-Ainhoa, te he visto entrar muy apresurada, ¿estás bien? -preguntó preocupada

-Sí... no es nada, me pasa a veces, voy a la cocina... y ahora te veo, ¿vale? -Ainhoa ni siquiera tocó a Luz, estaba demasiado tensa para sentirla, necesitaba calmarse

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