Capítulo 37

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-Esto es una estupidez, ¿en serio crees que mi padre ha tenido algo que ver? -preguntó Andrés

-Tengo que hacerle unas preguntas -respondió Javier

-Javi, ¿qué pasa? -preguntó Silvia entrando en el despacho

-Necesito que salgáis todos y me dejéis hablar con Alfredo o puede acompañarme a la habitación de interrogatorios si lo prefiere -dijo Javier serio

-¿Pero por qué? -insistió Andrés

-Mi sargento está siguiendo el procedimiento -comentó Martínez

Finalmente, Silvia y Andrés salieron del despacho, Martínez se encargó de cerrar la puerta, para dejar intimidad para el interrogatorio

-¿Por qué no has dicho que conocías a Hugo? -preguntó Javier

-Nadie me preguntó -comentó tranquilamente Alfredo

-¿De qué lo conoces? -Javier intentó mantener la calma

-Nos ha comprado en varias ocasiones vino para sus restaurantes, es un gran cliente

-¿Por qué en el registro del teléfono de Hugo viene tu número? -preguntó Javier

-Como ya he dicho, es un cliente

-Hay unos mensajes de hace unos días -informó Martínez-. Te hizo una transferencia por una información que te pidió, ¿cuál era esa información?

-Me preguntó por ti -dijo Alfredo mirando a Javier

-¿Por mi? -aquella respuesta le pilló completamente desprevenido a Javier

-Sí, me preguntó si conocía a Javier Romaña, al decirle que sí, me preguntó si su mujer estaba aquí, me dijo que era chef y se llamaba Ainhoa. Le dije que se lo averiguaría, sabía que tenemos una chef nueva en el restaurante del hotel, pero nunca me he preocupado por saber su nombre. Cuando confirmé las sospechas de Hugo, le dije que tenía razón y que su mujer estaba en Vera.

-¿Y no te preocupó el decirle a un maltratador dónde estaba la mujer que huyó de él? -preguntó Javier alzando la voz

-¿Maltratador? Que yo sepa Hugo no tiene ninguna denuncia, una pelea de pareja, ¿pero quién somos nosotros para meternos?

-Hombre, le has dicho donde estaba Ainhoa, meterte te has metido -comentó Martínez-. Y sacando tajada de ello

-He ayudado a un amigo a encontrar a su mujer, ¿qué tiene de malo? Si él quiere invertir en mis viñedos... no seré yo quien se lo niegue

Javier y Martínez se fueron de allí habiendo respondido a una de las preguntas del caso, cómo Hugo había encontrado a Ainhoa, pero sin responder a la más importante, ¿qué había pasado realmente con Hugo? ¿Había sido un accidente o un atentado contra su vida? Y Javier estaba seguro de que no se trataba de ningún accidente

***

Luz había intentado que Ainhoa se relajara, pero no lo había conseguido, había intentado restarle importancia cuando su novia le había dicho que las personas allí presente las miraban y hablaban mal de ella, lo había negado para no preocuparla y ponerla más nerviosa. Pero la verdad era que Luz se había dado cuenta, y por un momento, sintió lo mismo de hacía más de una década, miradas y murmullos, rumores que corrían, era exactamente igual, solo que ya no era una niña, era una mujer y no era de ella de la que hablaban, sino de su novia. Quizás fue eso, el hecho de que atacaran a la persona de la que estaba enamorada lo que le dio el valor para enfrentarlos.

Ainhoa había querido irse a descansar, le había dicho que quería estar sola, Luz la había acompañado a su habitación antes de meterse en la suya propia.

Huida hacia delanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora