Capitulo 4

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Patrick

Mi padre me enseñó una cosa importante, cuando necesitas cazar a tu presa, los sentidos son parte esencial para capturar. Heridas con gravedad hasta inmovilizarlas y dejarlas sin respiración. Que la sangre corra no solo en el suelo si no en tus manos. No temblar jamás ante la duda de matar y ser siempre leal a la hora de agarrar un cuchillo.

-Holgan espero que todos estos golpes -seque mis guantes llenos de sangre, mientras apretaba mis puños - Te recuerden lo que es ser un traidor en mi territorio -.

-Lo... Lamento tanto mi señor - el pobre hombre no podía abrir uno de sus ojos, sus manos estaban marcadas por las cuerdas y su rostro lleno de cicatrices -.

-Vuelve a trabajar Holgan - hice un gesto pequeño para que lo desataran, el hombre de 40 años se fue corriendo, mientras yo salía caminando hacia el ascensor -

-No lo entiendo porque no lo mató? - katia me seguía atrás bastante confundida-.

-Sus ojos eran inocentes - dije acomodándome la corbata -.

-Inocente? Es un traidor por completo - entramos finalmente al ascensor, esta noche tenía que buscar a mis próximas víctimas, me tomaria 4 días poder concluir con todo -.

-Cuando una oveja ve a su depredador, un lobo, sus ojos tiemblan, hasta que el se acerca y la degolla - uno de los animales favoritos de muchos carnívoros - La oveja quiere escapar de su destino entonces sus instintos le dicen dos cosas 1: me rindo 2:corro hasta encontrar salvación -.

-No necesito clases de biología Sr. Roffman- apreté el botón para llevarnos a la fábrica -.

-Ese hombre buscaba las dos - Katia seguía sin entender lo que explicaba - quien de verdad es culpable nunca pediría perdón... ni salvación... Él cambio quería vivir... He visto esos ojos, los que no esconden pecados - Llegamos finalmente a la fábrica, salí un poco apurado, me imaginaba el montón de papeles que me daría mi asistente -.

-No lo había pensando así señor - el único que podía encontrarle error a las palabras de Katia era yo-.

-Lose... Los zorros en cambio intentan ocultarse con las ovejas, pero en mi rebaño no hay errores - Tome mi arma, todos los empleados estaban ocupados ya sea tomando la carne en porciones o quitando pieles. Apunte un punto directo y la bala sono en la fábrica -.

Las personas alrededor vieron el cuerpo de un hombre joven, muerto y derramando sangre. Volví a colocar mi arma atrás, socada a mi pantalón, mire a mi alrededor, solo los nuevos habían gritado por lo que pasó.

-Esta es una enseñanza - puse mi pie sobre el cadáver - para aquellos que se atrevan a traicionarme, somos una familia, pero si vuelvo a escuchar que persisten los traidores - baje mi pie sabiendo que lo había manchado - Rueguen a Dios para que no los encuentre- le di una mirada a mi empleado leal, el director de la fábrica Artur, me dio un asentimiento -.

De regreso finalmente en la oficina principal, coloque mi chaqueta en un perchero, me di la vuelta y el montón de papeles seguían sobre mi mesa de roble oscuro.

-Asusto a todos los nuevos Sr. Roffman - puso otro folder negro sobre la mesa - Ahora si que comenzamos el año.

-No me agradezcas, regresa a trabajar - puse manos a la obra, corrigiendo unos papeles y firmando. Luego fui a las reuniones con mis proveedores. El día no duró tanto pero me quedé en la ventana de mi oficina, observando como los edificios prendían sus luces poco a poco. Una pregunta llego a mi ¿Que estarás haciendo Allison? -.

Pasaron aproximadamente 4 días, tenía la información de las 20 personas que cazaria esa tarde, antes de irme de la oficina llego Katia con una sonrisa robótica.

-Recuerde que esta noche es la fiesta importante de las empresas de la ciudad - casi sonaba como una amenaza - Ni se le ocurra llegar tarde Sr. Roffman - Es una amenaza, en definitiva -.

-Gracias por su advertencia, pero yo odio llegar tarde a cualquier lugar, si me disculpa, tengo una verdadera fiesta que comenzar - como si fuera ya lógico, Katia me miro con ojos feroces mientras bajaba el ascensor -.

Eran las 4:05 pm, tenía que matar a 20 personas antes de las 6:04 pm para así llegar a la fiesta que si mal no recuerdo comenzaba a las 8 pm, tendría una hora para cambiarme lo cual era difícil, no debía lucir mal o sería una razón más para que Katia me matara.

Me puse la máscara de oxígeno, qué siempre usaba a la hora de cumplir mis pecados, salí del auto los primeros 4 fueron fáciles de matar con mi pistola, hubieron más que comenzaron a pelear a puño conmigo, me golpearon varias veces pero llegué a levantarme. Luego tome al siguiente para guiarme al cargamento de carnes, hubieron muchos disparos pero pude acabar con todas mis víctimas. Al finalizar de tirar el último cuerpo mire el reloj en mi mano eran las 6:08, debía correr pero antes necesitaba limpiar el lugar y a mi.

Llegue en mi auto negro Mercedes-Benz, mi traje de smoking apretado por mi cuerpo, entre al salón principal, suspire un poco por el frío, aun llevaba mis guantes negros, levante la vista, se encontraban muchas personas bien vestidas, esperaba no tener ninguna mancha de sangre en mi cuerpo.

Varios clientes me reconocieron rápidamente, me saludaron unos segundos y fui a tomar una copa de vino al bar pequeño. Salí hablando con el Jefe de una empresa procesadora de carnes y nos entretuvimos con la charla de animales.

-Oh pero porfavor Roff mejor hablemos de una belleza qué está cerca -mis cejas se fruncieron con su comentario, nunca me gustó el hecho de que engañara a su esposa con otras mujeres - Esta atrás tuyo, pero mira esa pieza -.

Intente no hacerle caso, de todos modos solo quería volver a mi hogar, rezar por las pobres almas qué mate y dormir con un chocolate caliente. Escuche atrás de mi, a unos cuantos pasos de distancia una voz parecida, mi cuerpo dio vuelta para ver quien era. Como si mi sangre no fluyera, como si el mundo no girará, me tomo unos minutos volver a la realidad y poder seguir respirando. Ahí estaba... un brillante vestido de lentejuelas rosadas, su cabello sin recoger, tacones negros altos, piel cálida y blanca. Y unos ojos para morirse en ellos, mis manos apretaron la copa hasta que se rompió, no podía esperar más, esa mujer me complementaba, olvide que era consciente viendo cada minuto de su cuerpo. Y me di cuenta que sus mejillas se apretaban en un reproche perfecto, igual que las venas de su cuello, sus manos arrugaban el vestido, se encontraba enojada hablando con un imbécil.

Sin dudarlo dos veces, camine hasta donde estaban, me tomo unos segundos no alterarme hasta romperle el cuello a ese hombre ni gritarle a esa pieza de arte perfecta por estar con él.

-La chica dijo que te fueras - trague saliva muy fuerte, el enojo subía a mi cabeza - Deberías hacerle caso - el chico tímido se fue corriendo, dejandonos solos, una tortura, porque deseaba estar aun más solos -.

-Patrick - No podía sonar mejor mi nombre qué en sus labios, ¿Cuando podía quitarle el vestido? Oh cierto estoy en esta maldita fiesta -.

-Allison - Me gire hasta tenerla de frente, podía arrodillarme en este mismo momento y no solo para pedir su mano. Quería que gritara para mi y ver como su cuerpo se movía de la agitación, una canción de la percusión comenzó a sonar y para poder tenerla más cerca debía hacer algo rápido - Me permitirás este baile? - bese su mano y podía decir que el sabor a gloria era mi favorito -.

1950Donde viven las historias. Descúbrelo ahora