Capitulo 27

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Patrick

Si estaba sediento?

Como si nunca en mi vida hubiera podido comer ni beber.

Necesitaba este sentimiento de calor contra mi piel, moverme en lo más profundo de su ser, convertime en el fuego de anhelo.

La parte innegable de sus sentidos...

Tome su mano para que la colocará en mi pecho formado, cerré los ojos imaginando cada partícula de su piel gritando por mi.

Su brazo izquierdo también se posó encima de mi cuerpo, no lo pensé apreté su cara contra la mía, nuestros labios se tocaban de apoco y finalmente Allison tomo el primer movimiento de besarme.

El sonido de nuestros besos se expandía por toda la limocina, los dos moríamos de sed, se derramaba saliva por la boca.

Escuche sus pequeños gemidos qué se ocultaban por mis succiones, la solté para sujetar su cadera y ponerla encima de mi.

Su cabeza giro para atrás y me dio espacio para seguir chupando, marcando, arrancando su hermoso cuello blanco.

Manchas rojas se iluminaron rápido, baje hasta su escote, la parte del vestido que mis ojos no dejaban de marcar.

Afloje su vestido para que colgara en su abdomen, lo que deseaba tanto estaba enfrente de mi como un sueño hecho realidad. No me tomo tanto quitar la parte que cubrían sus pechos pero al descubrirse, ella jadeó, la punta estaba erecta, tenía frío y el hambre que tuve aumento.

-Cada centímetro de ti me pertenece - bese delicadamente por encima, se estremecía por el contacto, imaginaba las veces que tendríamos que pasar por esto -.

Pero... No estaba en las condiciones y yo no podía robar lo que más anhelaba por una noche, pronto seríamos marido y mujer. La veces que lo haríamos no cabrían ni en una lista.

La tome de nuevo de la cintura y la senté a mi lado. De repente mi cabeza me invadió con lo sucedido esa mañana, que tan capaz seré de ocultar la verdad de nuestra familia y como reaccionara.

Me casaba con Allison por muchas razones, pero era una chica despistada que no notaba las secuencias extrañas de mis actos.

Suspire agobiado viendo como el bulto enorme de mi pantalón bajaba.
Le pedí al chófer del auto que nos llevara de inmediato a la casa de mi prometida, ella seguía jadeando, con mis manos le ayude a cerrar de nuevo en el vestido.

-Allison - la llame y su sonrisa apareció como la de un ángel - Te preguntaré una cosa.

Me miro con las pupilas dilatadas, con su cabello revuelto, sin labial y puso su mano sobre mi muslo esperando.

-¿Me amarías si te dijera que soy un asesino? - mi pecho se contrajo hasta que los latidos dejaron de escucharse, los borrachos siempre decían la verdad de sus sentidos, el alcohol no sería un efecto duradero pero las palmas de mis manos temblaban-.

-En la muerte y la enfermedad - Allison se acorruco en mi brazo mientras miraba el anillo y risas pequeñas salían -.

-Señor hemos llegado - Él conductor salio de su lado para abrir la puerta el sonido de su pasos fue lento pero seguro -.

Le di un beso en la cabellera negra y la lleve hasta la puerta dándosela a su madre explicando la situación.

Volví adentro de la limocina volviendo a dar indicaciones mientras miraba el paisaje negro que se formaba alrededor.

-Hasta la muerte - suspire recostando mi cabeza hacia atrás con un fuerte dolor de cabeza -.

1950Donde viven las historias. Descúbrelo ahora