Damián
Pase por algunas personas que tuvieron la pesadilla de ver como intentaba quitar la sangre de mi segundo traje favorito, era el octavo qué perdía esta semana, decirle a mi madre sería una locura pero lo vería cuando llegara a casa esta noche.
Había vuelto de regreso a la oficina de Patrick, donde la chica de antes se encontraba durmiendo sobre el sillón mientras mi primo estaba a la par mirando unos papeles.
-Wow... - dije captando la atención de aquel demonio que ahora tenía una mirada más relajada, le daba la sonrisa de victoria de hombre a hombre pero este se enfado -.
-No digas nada - su mano subió hasta mi altura para alejarme de la puerta y caminar al ascensor -.
-Me siento solo - escuche sonar el suspiro más grande pero no pude contener las ganas de poder decir algo -.
-¿Lo encontraste? - miraba su reloj atento tanto los dos pasamos al ascensor y apretaba el botón de la primera planta -.
-No por nada le quite su mano - le enseñe el anillo qué había conseguido gracias a eso y me miro disgustado por la sangre -.
-Debes decirle la verdad - pronto íbamos a llegar a la zona de tortura pero pude notar que no quiso escucharme - Ella también debe cargar con tus pecados.
-Hasta el diablo sabe que son muchos - Patrick se notaba desorientado y lo entendía, la chica era un diamante perfecto que a lo mejor no tenía manchas que ocultar -.
-Intentamos expiar nuestros pecados - finalmente habíamos llegado a la habitación del dolor pero toque el pecho de Patrick antes de continuar -
Prohibo que cambies a la familia por ella y tus mentiras.-No lo haré - su mirada torno a una con bastante determinación pero el enojo estaba dentro de Patrick pero Damián no podía permitir que esta situación de ocultar las verdades se fuera de las manos.
-¿Estas seguro? - la pregunta podía ser desconsiderada y terrible pero después de ver y comprender lo que un Roffman puede hacer cuando se enamora las prioridades cambian -.
-Damián - eso significaba que "si" lo sabia ya que no era acostumbrado a ser llamado por su nombre siendo un asunto tan serio -.
-No voy a permitirlo - Damián quedo la conversación hasta ahí para que ambos pudieran seguir con su trabajo y así fue -.
Horas de tortura se asumieron hasta que finalmente el hombre habló apuntó direcciones y hasta hablando de la persona que a los dos Roffman les interesaba.
-Hoy en la noche, avisa - Patrick se cambiaba el traje con su primo pero este no le respondió - Será parte de la familia, tendrá que asumir su rol.
-Y si no lo hace - Damián ya tenía la mayor parte de su ropa puesta, tenía que ponerse la corbata de último -.
-Lo hará, creeme en mi - ambos se dejaron cortar la palma y se dieron un apretón fuerte - Mi sangre es tu sangre.
-Mi sangre es tu sangre - Respondió Damián dándole una sonrisa a quien siempre considero como su hermano aunque sus padres no fueran los mismos, nacieron para ser un equipo de cazadores -.
***
Patrick
Tenía sus razones para poder cuestionar la situación, que Allison quiciera llamar a los policías no ayudó para nada dejando en visto a que lado podría ella correr sin darse cuenta de su error pero son cosas que aprendera a mi lado.
Mire como mis Asistente discutia tranquilamente con mi prometida, tenía mano donde iba el anillo en su mentón y eso hacía que su rostro brillará de las mejores formas posibles.
Cuando llegue y toque la puerta mi asistente se movió de su asiento dejando a mi con Damian solos, podía ser un poco exhausto para todos.
Me sente al lado de Allison mientras Damian miraba unos extras en mi oficina.
-Debes entender una cosa - apreté sus manos deseando que Allison no se pusiera alterada y sobre todo pensara cosas malas - Los asuntos se arreglan con los Roffman.
Ella asintió tragándo saliva mirándome un tanto nerviosa pero al final me abrazo dándome un beso pequeño en los labios.
-No puede ser deje sola a Lester - Allison se movió de su asiento pero apreté su mano dejando que volviera a su sitio -.
-Deja que Damián revise su situación - aunque mi prometida no escucho el suspiro que salió de aquel pequeño demonio este se fue despidiéndose para seguir con su trabajo en la otra empresa donde manejaba los asuntos de la familia -.
-Fue un placer cuñada - le dio la típica sonrisa perversa que tenía oculta siempre para asustar pero Allison era demasiado inocente para diferenciar esas cosas y decidió que le había caído lo suficiente bien para volver a verlo -.
***
Damián detuvo al chófer enfrente del parque que había indicado su cuñada, recordó que describió a su amiga como "cabellera dorada", "sonrisa de verano" y por último "puedes notarla en la multitud". Palabras que jamás saldrían de la boca de un perverso como el que amaba su posición de cazador.
Salió con su chaqueta negra buscando entre las personas hasta que a lo lejos pudo "notar" todas las palabras mágicas qué habían salido de la boca de aquella mujer.
Su cuerpo palpito, sus labios se separaron intentando moldear las palabras que podría decir pero su mente quedó en coma, el corazón pedía ser agitado, sus manos de algún modo sudaron y los ojos de Damian brillaron por primera vez en la vida.
Aquel sol de verano se movía como los rayos que una vez sintió de joven cuando se adentraba al bosque en las madrugadas, como las hojas qué acariciaba su cara de vez en cuando, esa mujer era el brillo conquistador de lo que una vez quiso sentir de todas las personas que lograban enamorarse.
Era el indicado o capaz de ver a aquella estrella de todas sus mañanas.
Y su corazón colapso cuando los dientes de perla, la comisura de oro se levantó y la sonrisa de Lester conecto todo los sentidos de Damián.
El cabello rubio la corriente que deseaba gustar y aquellos labios que pedían susurrar todas las palabras del amor.
Damián... Conoció aquel color "dorado" que había faltado durante los siglos de su nefasta existencia.
Y por un momento deseo que Lester fuera sus días, su atardecer y la mañana que deseaba admirar hasta tocarla en lo más profundo.
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1950
RandomEn el año 1950. Empezó la masacre. Un joven incomprendido enamorado de una chica de vestido rosado de lentejuelas. En sus ojos la vio brillar. Bailar con diferentes tipos Y jamás vio tan linda una muerte como la de ella en sus brazos "Hola" saludo...