C A P I T U L O V E I N T I U N O
El plan.
— Enfrentamos algo común, un hombre despechado, que, por sentirse herido, quiere herirla a ella de manera física, y psicológica, primero dañándola psicológicamente, y luego, cuando la tenga, pueda herirla físicamente. — Enarco una ceja al escuchar la palabra "común", sin embargo, me mantengo en silencio.
—¿Esto te parece común? — Derek habla tajante, y yo sonrió burlón.
— No me refiero a que lo sea, pero, he visto mucho de eso en lo que va de mi carrera profesional. — Derek no le dice nada más.
— Muy bien, organicemos esto, qu... — William no termina de hablar, porque Edward habla.
— Un secuestro. —
—¿Un secuestro? — Edward nos mira. La propuesta hasta se siente irreal, es como si lo hubiera dicho por mero impulso, y no porque de verdad lo haya pensado.
— Si, un secuestro. — Habla como si la idea aún está en proceso de creación. — Tú eres un magnate, uno de los solteros más codiciados, y con un imperio monetario de billones, sin contar que tú padre. — Me tenso. — No solo se dedicaba a cosas legales. — No digo nada, solo lo miro.
— Entonces, ¿crees que un secuestro lo arreglaría? — Hasta suena estúpido pensar que hacer que mi Val se sienta en peligro fuera algo bueno, algo que mágicamente arreglaría todo, joder.
— Si hacemos todo bien, creando un trasfondo, una historia, algo creíble, y sustentable para ellos, podría funcionar, y entonces tendríamos tiempo de sobra para poder encontrarlos, porque si él dice que la ama, claramente va a querer buscarla, y eso hará que él salga de su hueco. — Me parece una locura, y una jodida, y retorcida idea.
— Esto es una locura, secuestrarla sin que ella lo sepa, ¿de verdad creen que funcionara? — Al parecer no soy el único que piensa que es una locura.
— Si. — Edward se ve muy firme a su propuesta, sin embargo, no estoy convencido.
— ¿Quién lo haría? — Juego con la pluma, no por nerviosismo, únicamente porque es bueno centrar la atención en algo que no revele como pienso, o como estoy.
Coloco mis piernas cruzadas, en forma de 4, sin decir absolutamente nada más, y mi otra mano queda libre, mientras la otra juega sobre la mesa con la pluma.
— Tú. — No me muevo, y solo sonrío.
— ¿Yo? — Hablo desinteresado.
— Si, por medio de su primo, Darío Lawson. — Mi cuerpo se tensa completamente, sin embargo, no digo nada.
— ¿Darío?, pero, ¿por qué él? — Derek pregunta, desviando la atención de Edward, hacia él.
— Como policía, es necesario saber en los negocios que estuvo involucrado, sabemos los favores que algunas personas le deben, y no solo a Darío, sino a usted también, señor Hades Lombardi. — Mi paciencia se agota, y este imbécil está buscando que lo mate.
— No entiendo que tiene que ver Darío en todo esto. — Me acomodo en mi silla, colocándome recto, con ambas manos sobre la mesa sin dejar de jugar con la pluma. — Que tiene que ver mi familia con todo esto, por si no te das cuenta, hablamos de Mackenzie Russo, hija de dos empresarios con grandes imperios, y de un hermano que forjo su propio imperio solo, hablamos de una de las herederas de tales imperios, y usted, solo habla de mi familia queriéndome involucrar en situaciones en las que no debería de involucrarme, porque cuando todo lo que usted asegura saber, no lo sabe, o acaso, no sabe que yo siempre viví con mi madre, y jamás toque un solo euro del dinero de mi padre. — Trata de esconder su sorpresa, pero no lo logra, no lo suficiente; Derek no dice nada, él conoce esta historia del derecho al revés, así que solo mira al supuesto policía. — O, acaso, ¿también necesita que llame al presidente de la asociación para que besen el piso por donde usted pasa, como lo hice con su hermano Gideon Wilson? — No dice nada, pero su mirada está fija en los movimientos que hace la pluma.
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Atracción desafiante. (+18)
RomanceHades Lombardi, un hombre de 1.92 de altura, es frío, calculador, y controlador. A sus 21 años, es un empresario codiciado no solo por su atractivo, sino también por su vasto imperio multibillonario. Sin embargo, muchos murmuran que su vida empresar...