𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝐼𝐼𝐼 | Perdición.

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C A P I T U L O T R E C E

Perdición.

— Sarai la mia cazzo di rovina, bella. — Es todo lo que dice mientras aspira mi aroma.

(Serás mi puta perdición, hermosa).

[...]

Envuelvo mi cuerpo en una toalla, y otra toalla en mi cabello.

Salgo del baño de la habitación, para acercarme a la cama a tomar mi uniforme y vestirme. Entro nuevamente al baño, me pongo una crema, y el desodorante con calma, para luego vestirme; cuando por fin estoy vestida, saco la toalla que tengo en mi cabello, y procedo a peinarme, después lavo mis dientes, y acomodo bien mi falda.

Salgo del baño descalza, y Hades está ahí, ya vestido, y arreglado, a excepción por su cabello que sigue despeinado. Cuando me ve salir me recorre con la mirada.

— Estás hermosa. — Me sonrojo, pero no digo nada.

Solo trato de acomodar bien mi pulóver.

— El día que nos vimos por primera vez. — Alzo la cabeza para verlo bien, y él continúa hablando cuando se da cuenta que ya tiene mi atención. — Tenías un hoodie que no dejaba ver tu cuerpo por completo, pero hasta con esa mierda eres preciosa, créeme. — Me sonrojo otra vez, pero no bajo la cabeza, solo lo sigo viendo, a pesar de la pena.

— Entiendo. — Su mirada se oscurece un poco, y sus facciones se tensan, como si estuviera molesto.

— ¿De quién era ese hoodie? — Suelta esa pregunta bruscamente, y yo no puedo evitar sonreír. 

— Mio. — Respondo, siempre llevo un hoodie al instituto.

— ¿Necesitas uno? — Medito unos segundos la respuesta.

La verdad, es que, si quiero un hoodie de él, ¿tendrá su perfume?

— Si, por favor. — Digo con indiferencia, para que no se note lo feliz que me hace tener algo de él.

Él asiente, y entra a su armario, mientras tanto yo agarro las medias de encima del velador, y empujo los zapatos con mis pies para que estén cerca de la cama, para así facilitarme ponérmelos.

Justo cuando me voy a sentar él sale del armario con dos hoodies en sus manos.

— ¿Cuál quieres? — Dice, haciendo referencia al hoodie negro, y el blanco que posee en sus manos.

— El blanco. — Respondo con mi mejor sonrisa.

Hades ríe, y me lanza el blanco, lo tomo en el aire, y él vuelve a entrar al armario.

Me siento en la cama para poder colocarme las medias, y después los zapatos en mis pies. Él sale del armario, y solo está ahí observándome, pero no dice absolutamente nada.

De pronto su celular suena. Él lo saco de su bolsillo, y frunce el ceño, seguido de eso contesta, tranquilo.

Hades Lombardi. — Habla con calma, yo solo me limito a verlo. — Ok. — Y cuelga.

Vuelve su atención a mis ojos, y camina despacio hacia mi, por instinto me levanto, pero de todas formas soy una minion a su lado, tomo el hoodie para poder ponérmelo.

— Tu padre ya está aquí. — Mierda, esperaba tener más tiempo para prepararme psicológicamente para lo que viene a continuación.

[...]

Atracción desafiante. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora