C A P I T U L O V E I N T I N U E V E
Mentiroso.
— Que sean buenas noticias. — Típico de él, sin saludar, ni nada, directo al grano.
Coloca el teléfono encima de la mesa, y él se continúa moviendo alrededor de todos los papeles.
— Joder, Hades, no puedes hacerme esta mierda, esto no era parte del plan. — La voz de Samuel suena irritada.
— Y, qué putas me hago yo aquí, ¿eh? — Escupe. — Estoy harto de esta jodida mierda, y si ellos que son lo mejor de lo mejor no pueden hacer bien su trabajo, pues lo haré yo mismo. —
— Ten paciencia, estamos cerca. — Hades bufa.
— Cerca de irse a la mierda. — Darío ataca.
— ¿Cuánto más, Edward? ¿cuánto más? — Reconozco el nombre del policía, pero no digo nada.
— Carajo, no sé. — Una voz que no se me hace conocida responde. — Unos días más, quizás. —
— ¿Quizás? — Hades se queja.
— Y, ¿qué mierda diremos? — Se escuchan varias voces en la otra línea, y varios segundos después continúa. — Te puse en altavoz, no me funcionaba darle el móvil a Edward a cada momento. — Resopla. —, están aquí William, Elizabeth, Derek, y Edward, como ya sabes. —
— Bien, que sirvan, ¿cómo jodida mierda vuelvo a la sociedad? — Hades cae rendido al mueble, mientras que Darío empieza a recoger todos los papeles, y Valeria se apoya a un mueble mientras observa que hace Darío.
— Hades, piensa bien esto, es necesario completar el plan. — La misma voz desconocida responde, lo que me hace pensar que debe de ser del policía.
¿Será este el policía que armo este plan nefasto?
— Necesario, ¿para quién? — Darío vuelve a atacar.
— Para todos, joder. — La voz de mi padre suena con fuerza, y solo quisiera que estuviera aquí.
— Hades, ten calma, haznos el favor. — Edward suplica.
— Joder, no, tengo que salir de aquí, y resolverlo yo mismo, si tú, y tu Bucket o' Soldiers de Toy Story no lo puede resolver. — Se pasa por las manos por el cabello, desordenándolo más, y sé que eso significa que esta desesperado.
— Joder, ni sé que putas es eso. — Hades rueda los ojos. — Los vamos a encontrar, solo necesitamos más días, por favor. — Edward resopla.
Me acerco a Valeria, y me mantengo a tres pasos a lado de ella.
— ¿Cuántos? — Ataca.
— No sé. —
— Entonces, saldré de aquí, y lo resolveré yo mismo. —
— Puñeta, piénsalo bien, deja de actuar impulsivamente. — Samuel se queja.
Hades bufa, pero lo ignora lo que dice, y se mantiene unos segundos en silencio, hasta que Edward habla.
— Piénsalo, muchacho. —
— Hades Lombardi —
— Ya lo pensé bien, tengo que salir de aquí. — Respondo a la mierda que Edward me dice.
— Bueno, si es así, podemos decir lo que teníamos planeado desde un comienzo. — William responde, e inmediatamente busco a Val con mi mirada, sé que ella quería hablar con sus padres, cuando la veo, ella ya me esta viendo, y sus ojitos están cristalizados.
Ella me mira como si quisiera hablarle, y asiento.
— Papi. — Su voz suena más fina de lo normal, y se percibe cierto tono de niña pequeña acompañado a este.
— Prinzessin, ¿wie geht es dir? — Casi susurra.
(Princesa, ¿cómo estás?)
— Daddy, du fehlst mir so sehr. — Val rompe a llorar, y me acerco a ella para abrazarla.
(Papi, te extraño tanto)
Una vez llego a ella, la envuelvo en mis brazos, y ella solloza con fuerza.
— Mierda, no se supone que usted es ruso, ¿por qué carajos habla alemán? — Replica Darío.
— Porque detesto el ruso. — William se queja. —, que sea ruso no significa que deba de amar el idioma, имбицил. — Sonrío ante el insulto ruso que suelta William.
(Imbécil)
— Eso si es ruso, Darío. — William suelta una pequeña risa en la otra línea.
— No nos desviemos, Hades, debemos de armar tu salida de ahí. — Edward responde.
Suelto un poco a Val, lo que causa que ella me observe, y noto como sus ojos se ven más claros. Deposito un beso en su cabeza, y ella me sonríe.
[...]
— ¿Tienes todo listo? — Volteo a ver a Val en la puerta, mirándome indecisa.
— Ven, entra. — Ella asiente, y hace caso. Se sienta sobre la cama, y me mira. — Te voy a extrañar, lo sabes, ¿no? — Verla así causa que mi corazón se encoja.
— Sí tesoro, lo sé, y yo te voy a extrañar. — Asiente, pero de pronto una mueca se dibuja en su rostro.
— ¿Qué sucede? —
— Te van a golpear. — Susurra, lo que hace que casi no logré escucharla.
— Lo sé, y está bien. — Me siento a lado de ella, pero ella se mantiene inmóvil.
Luego de un par de horas, todos llegamos a la conclusión de que era necesario que mi reaparición sea golpeado hasta más no poder, y de esa forma se dirá que me mantuvieron drogado por estos tres días, pero desperté hace cerca de cinco horas. Desde hace cinco horas he sido torturado, y golpeado, sin embargo, entre todas estas idas, y vueltas de las personas que me raptaron logre escaparme, y de esa manera pude brindar una ubicación a la policía.
Adicional a todo eso, se explicará como fue mi secuestro, y se dirá que fue saliendo del trabajo, ellos cambiaron a mi chófer, y este dentro del vehículo soltó un gas lacrimógeno que causo bajará la guardia, lo que les dio apertura a estas personas para drogarme.
— No, no está bien. — Sé que no, el hijo de puta de Darío nunca desaprovecharía esta oportunidad.
— Tranquila, peque, ¿sí? —
— Dijiste que no me dejarías sola. — Se sorbe la nariz. —, pero ahora te irás, y me dejaras sola aquí. — Golpe bajo.
— Principessa, de esta manera podre armar mi propia operación, y entonces será más rápido encontrarlo, lo prometo. — Ella niega.
— Mentiroso, eres un mentiroso. — No me da tiempo para replicar porque sale corriendo de la habitación.
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Atracción desafiante. (+18)
RomantizmHades Lombardi, un hombre de 1.92 de altura, es frío, calculador, y controlador. A sus 21 años, es un empresario codiciado no solo por su atractivo, sino también por su vasto imperio multibillonario. Sin embargo, muchos murmuran que su vida empresar...