C A P I T U L O V E I N T I T R É S
Explicación.
Hades asiente, y entra al closet, supongo que, a buscar una camisa, pero no digo nada.
Me levanto de la cama, y él sale con una camisa blanca, y un hoodie en su mano izquierda.
— Póntelo. — Que autoritario puede ser por momentos.
— ¿Ahora? —
— Si, ahora, no voy a permitir que vayas con esa blusita por ahí, menos con dos hombres en abstinencia de varios días. — Ruedo los ojos.
— No. —
— ¿Qué acabas de decir? —
— Que no me lo pondré. — Hades alza las cejas con sorpresa.
Cruzo los brazos, y levanto una ceja. — Nunca te han dicho que no. — No fue una pregunta, más bien fue una realidad.
— No, nunca, siempre consigo lo que quiero, cada vez que lo quiera, y nunca he recibido una negativa, así que, ponte el jodido hoodie, y salgamos. —
— N-O. —
— Joder, que difícil eres. — Habla pasando sus manos por su cabello repetidas veces.
— Si, lo soy. —
— O te lo pones, o te cogeré aquí mismo para que todos sepan que eres mía, tú decides. — Una corriente azoto mi cuerpo, sobre todo ahí.
— No me hables así. — Hades sonríe inocente.
— ¿Cómo? —
— Imbécil, dame la puta hoodie, me la pondré. — Hades sonríe triunfante.
— Lo que ordene, mi principessa. —
[...]
— Por favor, un vaso, Hades. — Habla el hombre, que no recuerdo su nombre.
Hades a mi lado, le pasa el vaso de cristal, en el que ese hombre vierte Coca-Cola.
— Y, Mackenzie, ¿cómo estás? — Inmediatamente mi cuerpo se tensa.
— No le hables. — Hades habla con rudeza, y lo mira desafiante.
Realmente es otro cuando está conmigo, es tranquilo, juguetón, amable, cariñoso, y muchos adjetivos que justo ahora nadie creería.
— Mae. — Su voz calmada, e insegura me aturde, pero trato de comer la pizza sin que eso me afecte.
— Me llamo Mackenzie, Valeria. — Aclaro.
— Déjenla, joder, dejen de hablarle, déjenla comer en paz, y cierren sus putas bocas. — Todos se mantienen en silencio.
— Perdonen, pero tengo que alardear de esto. — Miro a Samuel, y él sonríe. — Lawson, que golpe tan bajo te acaba de dar una mujer, ni te mira, y tú como pavo real diciendo que todas caen por ti. — Y empieza a reír solo, como si le hubieran contado el mejor chiste, Hades a mi lado suelta una risita burlona, pero Valeria solo hace mala cara.
— Cállate, Samuel. — El hombre, al que sigo ignorando su nombre se queja.
— No recuerdo su nombre. — Le susurro a Hades, y este vuelve a reír, pero esta vez con más ganas, Samuel le sigue, y el hombre solo los mira mal.
— Darío Lawson es mi nombre, señorita. — Asiento.
— Primo de Hades Lombardi, por la familia materna, ¿qué tal si hablamos de tu mami, Hadesito? — La voz desafiante de él me hace notar que ese es un tema difícil.
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Atracción desafiante. (+18)
Roman d'amourHades Lombardi, un hombre de 1.92 de altura, es frío, calculador, y controlador. A sus 21 años, es un empresario codiciado no solo por su atractivo, sino también por su vasto imperio multibillonario. Sin embargo, muchos murmuran que su vida empresar...