Capitulo 27

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Capitulo 27:

Mis labios danzan al compás de los suyos. Un gemido ahogado escapa de mis labios cuando su lengua se adentra en un juego apasionado con la mía, entrelazándose apasionadamente. Busco un lugar en su nuca y lo beso con más intensidad.

-Por favor, hazme tuya -susurro entre sus labios. James presiona su cuerpo contra el mío, y un gemido escapa de mí.

Desliza su mano detrás de mi cabello por mi nuca con firmeza y desliza la otra alrededor de mi cintura, atrayéndome hacia él. Su cuerpo ardiente se funde con el mío, y mi corazón late desbocado. Me besa con pasión, sus labios presionando los míos con fervor mientras su lengua juega con la mía. Penetra más su lengua en mi boca, recorriendo cada rincón. Su lengua es cálida, sabe deliciosamente. Un gemido escapa de mi garganta, y me aferro a él con más fuerza, sintiendo su cuerpo musculoso y fuerte contra el mío. La intensidad de sus besos hace que todo lo demás se desvanezca. En ese momento, solo existimos él y yo, en un instante de pura lujuria. Saborea mis carnosos labios, los succiona mientras disfruta de cada beso. Nunca antes había experimentado algo así, un beso tan tierno pero a la vez apasionado.

Sin embargo, todo se desvanece cuando él se aleja y me mira a los ojos.

-Cassian te llevará a casa -dice con firmeza y se dirige a la cocina en busca de otro whisky.

-James, no quiero ir a casa. Quiero estar aquí contigo, por favor -me acerco más a él, buscando su afecto.

-Debes ir a casa, Tamara -vuelve a decir.

-No, por favor, quiero estar contigo, aquí y ahora. Por favor, James, te necesito -me acerco y acaricio su rostro. Las lágrimas se deslizan por mis mejillas.

-No, Tamara, es suficiente -grita furioso, sosteniéndome de las muñecas. -Te irás, se acabó -dice, y siento cómo mi mundo se derrumba por completo. -Entiende que, independientemente de lo que haya pasado, ya estoy casado con Catherine. No me divorciaré, Tamara. Entiende que ya es tarde y esto -nos señala- solo te hará más daño. Mentalízate de que esto, que un día fue, ya desapareció para siempre -añade, y mi corazón se rompe en mil pedazos.

-Eres un hijo de puta -digo furiosa, limpiándome las lágrimas. -¿Me tratas así ahora?

-Como debe ser -frunzo el ceño y limpio mis lágrimas.

-Eres un cabrón, un maldito hijo de puta como tu padre -escupo y comienzo a darle con mis manos en el pecho.

-¿No ves que hago todo esto por ti? -escupe gritando.

-¿Por mí? Lo que has hecho es arruinarme la vida, la paz que alguna vez pensé que tendría o encontraría. Me has destrozado el maldito corazón -respondo con amargura, dejando escapar la herida que todavía arde en lo más profundo de mi ser.

-Entonces, ¿por qué sigues viniendo y buscándome? ¿Por qué te expones a ese lugar peligroso? -pregunta, su voz ahora más suave pero con una mezcla de frustración y preocupación.

-Porque me importas, James.

-No necesito tu pena, Tamara. No necesito tu puta preocupación.

Niego con la cabeza, aún más decepcionada.

-Creía que todo había sido realmente por mí, pero creo que todo lo que has hecho es más por ti -digo, negando.

-El mundo no gira en torno a ti, Tamara -dice con amargura.

-¿Pero qué cojones te pasa? -escupo, tensando mi mandíbula.

-Ve con Jack, que fue lo primero que hiciste cuando terminamos -dice furioso.

-Que te den, que te jodan. Eres un gilipollas de mierda -respondo, dándole la espalda, pero siento cómo me toma del brazo y trato de liberarme de su agarre. -¡Suéltame, maldita sea!

Pero James no me suelta. Con una fuerza que me sobrepasa, me acorrala contra la pared, su cercanía intensificando las emociones que se agolpan dentro de mí.

-James -digo entre susurros.

-No te quiero hacer daño -murmura, acariciando mi mejilla. -No quiero que llores por mi culpa, me jode verte así.

-Ya es demasiado tarde para eso.

-No puedo resistirme más, Tamara -murmura contra mi cuello, rozando sus labios en él.

-No parece.

-Joder, no sabes lo difícil que es todo esto para mí.

-¿Te has acostado con Catherine? -pregunto con un nudo en el estómago por miedo a la respuesta que supongo que es más que obvia.

-No -murmura, y me quedo en silencio, no sé si debería creerle. -No he podido acostarme con ella, apenas puedo besarla porque no es la mujer que amo, no la deseo -admite, mirándome a los ojos. -No puedo tocar a ninguna otra mujer que no seas tú.

-Quiero que me hagas el amor, que me hagas sentir excitada. Quiero que me llenes de ti -le pido en susurros. -Quiero que me hagas pedazos hasta que veas que no puedo más. Házmelo como si mañana me fuera a morir, James.

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MC | Sr. Stone, Recuperado por ti. (18+) María Del Mar, [EN PROCESO, PARTE II.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora