Capitulo 12.

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Capitulo 12:

-Aun así, Tamara, lo mejor será que te mantengas alejada de él. No sabemos de lo que podría ser capaz Richard. No tenemos pruebas concretas, pero... -Verónica se queda en silencio, dejando que las palabras se suspendan en el aire.- El padre de James fue quien pagó para que Emily tuviera el accidente y que muriera.

Mis ojos se abren de par en par ante la impactante revelación. La respiración se me entrecorta y siento un nudo en el estómago.

-¿Qué estás diciendo? ¿El padre de James fue quien pagó para que Emily muriera? -pregunto, incapaz de asimilar completamente lo que acabo de escuchar.

-Sí, Tamara. Richard Stone hizo todo lo posible para separar a James de Emily, incluso si eso implicaba causarle daño. Pero lo más turbio de todo es que cuando le hicieron la autopsia a Emily, encontraron rastros de una droga sumamente potente y peligrosa que apenas se exporta a Estados Unidos: NeuroSynth.

-¿NeuroSynth? -pregunté, aún más confundida.

-Sí, parece que Emily se había involucrado con esa droga horas antes de su muerte, cuando todos creíamos que estaba alejada de las sustancias adictivas.

-Por dios.- un nudo se formó en mi estómago mientras procesaba esta nueva y escalofriante información. -No puedo imaginarme el dolor que James ha tenido que soportar al saber la verdad.

Las lágrimas amenazan con brotar de mis ojos mientras una mezcla de rabia, tristeza y confusión se apodera de mí.

-No puedo creerlo. ¿Cómo puede un padre ser capaz de hacer algo así a su propio hijo? ¿Qué tipo de persona es Richard? -exclamo, dejando escapar mi indignación y dolor acumulados.

Verónica toma mi mano en un gesto de apoyo y comprensión.

-Tamara, Richard es un hombre poderoso y despiadado. Está dispuesto a hacer cualquier cosa para proteger sus intereses y asegurar su dominio. Ha dejado un rastro de destrucción en su camino, y James ha sido una víctima directa de sus acciones.

Siento una mezcla de miedo y determinación en mi interior. Aunque la verdad es difícil de aceptar, también me impulsa a buscar justicia y proteger a James de cualquier amenaza que pueda surgir.

-No puedo quedarme de brazos cruzados sabiendo esto. Necesito hacer algo al respecto. James no merece sufrir más a manos de su propio padre -afirmo, con determinación en mi voz.

Verónica asiente, admirando mi valentía.

-Lo sé, Tamara. Me duele tanto como a ti. Amamos a James, es como un hermano para nosotros, pero no podemos arriesgarnos por él. Lo mejor que podemos hacer es mantenernos alejados al igual que tú deberías de mantenerte alejada. Si él nos alejó de su vida, es porque nos está protegiendo.

Mis emociones se debaten en mi interior, luchando entre el deseo de estar cerca de James y la necesidad de seguir el consejo de Verónica.

-Quizás tengas razón. -digo con una mezcla de resignación y duda en mi voz. No sé si estoy convencida por completo.

Verónica asiente, comprendiendo el conflicto que atravieso.

-Pero no puedo abandonarlo verónica, me necesita.

-Sé que es difícil, Tamara. Pero debemos confiar en que James está tomando decisiones para mantenernos a salvo a todos. Si hay algo que podamos hacer por él, es respetar su deseo de mantenernos alejados.

Respiro profundamente, tratando de encontrar la fortaleza para aceptar esta difícil realidad.

-Cambiando de tema, parece que Elizabeth y mi hermano se están divirtiendo -dice Verónica con una sonrisa, y me giro para ver.

Elizabeth y Chris están en una esquina, bailando y besándose apasionadamente. Ambas comenzamos a reír.

-Supongo que después de todo lo que me has contado, nos merecemos un shot de tequila, y también por el nuevo romance que estará a punto de crecer. -digo encogiéndome de hombros.

-Tienes toda la razón -responde Verónica, dirigiéndose hacia la parte de atrás para buscar el tequila.

Decido salir un momento afuera para buscar dinero en mi auto y noto que el mismo auto negro me sigue. Hace dos semanas me di cuenta de que un carro me estaba siguiendo a todas partes. Pensé que podría ser mi papá o Dayker que me mandaron a vigilar, pero aunque no le pregunté a Dayker, sé que no son ellos. Decido acercarme al auto y me pongo frente a él dándole un fuerte golpe al auto.

-¿Quién cojones eres? -grito. -¿Crees que no me he dado cuenta de que me sigues?

El hombre con gorra enciende el auto y se va sin hacerme daño. Observo la placa y la memorizo.

Regreso a mi auto y busco mi cartera, pero cuando estoy a punto de entrar, veo al mismo hombre que vi hace meses, aquel que se enfrentó a James. Creo que se llama Silas.

-Mira quién es, la hermosa novia del ricachón. -murmura, mirándome mientras todos ríen.

-No soy la maldita novia de nadie. -respondo intentando entrar, pero Silas se detiene frente a mí.

Quedo petrificada por su cercanía. Él me examina de arriba abajo y se relame los labios.

-Luces irresistible. Ahora entiendo por qué el ricachón se ha vuelto loco peleando en las murallas negras, Perdió a una muñequita, Emily no era ni la mitad de lo que eres tú. -murmura, intentando acariciar mi cabello, pero Noah sale y lo empuja.

-Lárgate de aquí, sabes que no eres bienvenido, Silas. No se te ocurra volver a ponerle una mano encima. -me defiende Noah, y Silas se acerca a él, quedando muy cerca. Silas se ríe de una manera macabra y se aleja.

-Vámonos, chicos -dice con un silbido, y todos suben a sus motos. -Nos vemos pronto, preciosa -me dice antes de arrancar su moto.

-No te preocupes, ese bastardo no se atreverá a acercarse a ti de nuevo. -afirma Noah, observando cómo se van.

-Gracias, Noah.

-De nada -responde con una sonrisa, y juntos entramos.

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MC | Sr. Stone, Recuperado por ti. (18+) María Del Mar, [EN PROCESO, PARTE II.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora